Tercera parte.

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Al abrir sus ojos perezosamente se dio cuenta que no sabía donde estaba o cuánto tiempo había pasado.

Lo único que sabía era que la habitación donde se encontraba estaba llena de globos de helio con mensajes como "mejórate pronto" y algunos jarrones con flores de color azul y amarillo.

Todos estaba completamente en silencio cuando decidió observar todo. La habitación era grande y al parecer de encontraba solo.

Tragó saliva débilmente y cuando intentó incorporarse sintió que algo se lo obstruía, bajo la mirada y vio una enorme venda rodeando todo su torso y estómago firmemente.

"Con calma cariño" alzó la mirada asustado y vio a su madre salir de una puerta color blanco, la cual supuso que era el cuarto de baño. La miró acercarse y Jay no dudó en acercarse con cuidado y darle un pequeño beso en su mejilla para no lastimarlo. "Al fin despiertas Louis." Mencionó la mujer con una enorme sonrisa. "Tuve mucho miedo por ti hijo"

"Su-Supongo que estoy bien mamá" respondió con voz un poco grave, necesitaba tomar un poco de agua. "¿Quién te llamo? ¿Cómo supiste lo que me sucedió?"

Louis en verdad deseo no haber preguntado. El rostro sereno de su madre paso a uno de angustia y sufrimiento.

"No sabes lo asustada que estuve cuando una tal Liloa Loftin y un Harry Styles me llamaron para comunicarme que regresabas a casa en helicóptero por estar gravemente herido" el castaño recordaba eso, en realidad se acordaba de absolutamente todo, de inicio a fin. Recordaba a Eugenia, Niall, Shawn, Corby... Recordaba a Harry. "El helicóptero te trajo justo a tiempo Lou"

"No mamá, no llores" Dijo el castaño cuando su madre soltó un pequeño sollozo. Trató de alcanzar su mano para tratar de consolarla lo mejor que pudiese pero se quedó a medio camino cuando sintió dolor en su lado derecho. "Estoy bien, un poquito a dolorido pero estoy bien"

"Estoy muy agradecida con Liloa y Harry" Mencionó de nuevo su madre. El nombre de aquel rizado resonaba en su cabeza una y otra vez, estaba seguro que si cerraba sus ojos, vería aquellos verdes. "Ellos fueron muy amables. Estuvieron hablándome los primeros cinco días de los diez que estuviste inconsciente."

"¿Diez días?" Preguntó con asombro. Su madre no tardó en asentir con una mueca aún un poco emocional.

"El médico Banks dijo que era lo mejor Louis." El castaño estuvo apunto de hacer una pregunta pero se quedo callado al escuchar a su madre hablar de nuevo. "Se rompieron cuatro de tus costillas derechas, una de ellas se astilló afectando un poco a tu tórax y esternón, eso ocasionó la hemorragia." Jay de detuvo un momento para limpiar las lágrimas que caían de su rostro. "Por eso decidimos que lo mejor era mantenerte con calmantes, el médico me aseguró que sería muy doloroso para ti si te mantenías despierto los primeros días"

Louis no repeló ni preguntó nada más con respecto a eso. Podía estar hablando normal pero con cada respiración, sabía que el dolor ahí se encontraba. No quería moverse por qué realmente no quería sentir que tan fuerte podía llegar hacer.

"¿Y bueno, Ha-Harry, él no-no dijo nada más?" Preguntó con sutileza pensando que tal vez podría pasar desapercibido.

"No" respondió Jay con el ceño fruncido. "¿Debía decir algo más?"

Un pequeño dolor se agregó a todas sus dolencias, este se ubicó en su pecho, muy cerca de su corazón. Carraspeó levemente su garganta dos segundos después cuando sintió la mirada de su madre esperando alguna respuesta en su rostro. "No mamá, Hazz-Harry, el fue un buen guía, salvo mi vida"

El ceño de Jay se frunció mucho más y relamió sus labios pensativa por el cambio en el sonido de la voz de su hijo. "Lo sé cariño y créeme que estoy muy agradecida con él, con todos ellos en realidad"

Everest. ||LarryStylinson|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora