Steve Rogers (capitan america)

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se encontraba realmente cansado, el día se había tornado pesado, no sabia que era peor, las burlas de Tony o el hecho de que la mayoría dentro de shield eran farsantes, jamas sabia quien era realmente honesto o leal al menos...

-¿que te sirvo?- levanto la vista a la mesera, una hermosa mujer de piel canela y labios gruesos- vaya que mala cara...- le sonrió, colocando sus manos a cada lado de sus amplias caderas, el solo sonrió algo apenado.

-perdón, hoy no fue un buen día...

-¿el trabajo?

-si...

-vaya tienes cara de tener mas problemas que ese- se burlo sentándose frente a el.

-¿así de mal luzco?- le sonrió coqueto, hacia ya un buen tiempo que no encontraba una mujer que lograra hacerlo sentir tan agusto

-para nada, sabes soy algo así como adivina...- dijo levantando las manos- si me dices tu nombre te diré un par de cosas ¿que dices?

-no creo en esos juegos...-contesto el mirando sus manos tan cercanas las unas de las otras en la mesa.

-entonces no tendrás nada que perder- tomo su mano con algo de brusquedad y miro su palma- el nombre...- el solo pudo soltar una risita

-Steve Rogers...- empezó a acariciar las lineas de su mano, y un leve cosquilleo se poso sobre la nuca del rubio, se estaba poniendo nervioso

-Eres todo un galante ¿no?- alzo levemente los hombros, esperando que no notara su rostro colorado- eres un alma vieja, realmente muy sabia, pero también solitaria...

-¿y eso es malo?

-eso depende...

-¿de que?

-de con quien compartimos esa soledad- ambos se sonrieron como si fueran cómplices, como si fueran amigos de muchos años- te gusta ayudar a los demás, eres realmente bueno con los otros, siempre le tiendes una mano a quien lo necesite, sin importar de quien se trate... Bueno esto si es malo...

-¿como? ¿por que?- la miro con algo de confusion

-ayudas a los demás, pero quien te ayuda a ti...- sus ojos se encontraron, café y azul, colores que se consumen entre ellos...- bueno debo continuar señor Rogers- se levanto y tomo nuevamente la libreta- ¿que desea tomar?

-un café muy cargado- nuevamente esa sonrisa, lleno el rostro de ambos- y su nombre por favor

-¿mi nombre?- se rió la chica pasando un mechón de cabello tras su oreja- llámame amor platónico- le guiño el ojo y se retiro buscando la orden del hombre que no podía dejar e ver como se alejaba contoneando esas hermosas caderas.

SUPERS ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora