PRIMERA VISTA.

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PRIMERA VISTA.

En el año 1980 posiblemente el siglo con momentos que más marcaron la vida de algunas personas. Cuando de Altaír apenas se sabía de su existencia, bueno mejor dicho aún nadie sabía de ella. Sus padres Sasha y Dorian apenas llevaban un año de casados y aun que tenían en mente la idea de tener hijos, pero en un futuro no tan cercano no esperaban ni lo tenían en la mente día a día. Sasha era un mujer muy tranquila y apasionada, siempre feliz y sonriente ante el mundo, no tenía mucha relación con su familia, pero tenía buenos amigos, en cambio Dorian era un hombre serio, más reservado, pero en sus buenos momentos por así decirlo también podía ser divertido, su padre era muy estricto y quería que el triunfara con una gran empresa, y su madre había muerto cuando él era pequeño aún de una rara enfermedad. Los dos se amaban realmente, jamás había faltado una pizca de amor entre ellos dos, la pareja envidiable de clase media, en aquella época comparado con los demás y según la situación del país vivían bastante bien. Una noche en las que Sasha estaba sentada en la terraza del dúplex en el que vivían el cual no era ni tan pequeño, escribía in libro, un nuevo proyecto en el que se había embarcado pues siempre había soñado con escribir algún día un libro, le ocurrió algo raro, estaba escribiendo tranquilamente cuando un gran deseo irracional le invadió el cuerpo de mirar por la ventana con la sensación de que algo la estaba esperando allí de frente, algo o alguien muy importante, retiró lentamente la cortina blanca de la ventana y vivo que un joven de unos 17 años estaba mirando la casa, hasta cruzar la mirada con ella, se miraron como si se conocieran de toda la vida, ella intentando recordar de que lo conocía, decidió bajar y saber qué hacía por allí y que quería, o más bien quien era. Se levantó del pequeño diván y bajo con prisas, pero al abrir la puerta el joven ya no estaba allí, dio un paseo a los alrededores para ver si lo volvía a ver, una gran curiosidad la invadía por dentro como si saber quién era ese muchacho le proporcionaría una gran paz interior, pero nada no consiguió nada por lo que decidió volver dentro de la casa pues Dorian llegaría en cualquier momento y le encantaba recibirle con un beso.

Al llegar a casa estuvo pensando varias veces en contarle el pequeño suceso a su marido antes de que este llegara. Una hora después cuando Dorian ya estaba allí opto por decírselo, pues siempre se contaban todo.

-Dorian, cariño.-se acercó al sofá, sentándose cerca de su marido.

-Dime.- respondió Dorian dejando del leer el periódico y dirigiendo su mirada a Sasha.

-Hace unas horas, antes de que tú llegaras, estaba escribiendo en el dormitorio el libro del que te he hablado.

-Sí, ¿qué tal vas con ello?.

-Tengo varias ideas, y voy escribiendo varios capítulos ya.

-Eso está bien, estoy deseando leerlo.- dijo realmente entusiasmado.

-Pero no era eso de lo que quiero hablar- hizo una pausa pensando en si debería prestar importancia a aquel acontecimiento o soltarlo sin más- no sé si es que yo soy muy intuitiva o que, pero mientras escribía tuve una sensación extraña de querer mirar por la ventana, y al hacerlo vi a un joven, que miraba la casa y luego nos miramos, quise saber quien era y que hacía allí parado delante de nuestra casa, pero cuando bajé ya no estaba.

-Eso es importante, podríamos sufrir un robo, hay veces en que lis ladrones envían a chiquillos a examinar las casas y saber los horarios de la personas para saber cual es el momento perfecto para robarles, por lo que tal vez deberíamos estar atentos y contratar alguna alarma antirrobo.

-Por dio espero que no sea así, de todas formas el chico me era muy familiar, como si lo conociera de antes.

-Esperemos que me esté equivocando,¿ y no lo has visto por aquí antes?.

No lo creo, si lo hubiera visto antes lo recordaría. Bueno haremos lo que has dicho. Y si lo vuelvo

a ver te lo diré.

Pero aquella fue la última vez que vio a aquel joven alto de pelo negro rizado. Hasta pasado varios años no lo volvería a ver, pero eso no significaría que no estuviera cerca.

Meses después de aquel día, Sasha empezó a notar cambios, se encontraba fatigada, con dolores, y varios síntomas que la llevaron a creer que había contraído algún virus de gravedad por lo que asistió a una cita médica dónde el doctor la examinó y descarto tal idea para darla una sorpresa mayor, estaba embarazada de un mes y medio, tal fue su sorpresa que casi cae desmayada al suelo de no ser por la ayuda rápida del doctor. En la noche le contó a Dorian lo ocurrido y lo que venía en camino.

Cariño, que hacemos no estamos preparados para esto. No lo teníamos planeado.

-Sasha tranquila, no será un problema, tenemos nueve meses para asimilarlo y prepararnos, será un enorme cambio para los dos, pero lo recibiremos con los brazos abiertos.

Aquellas palabras tranquilizaron la pequeña ansiedad que corría por el cuerpo de Sasha transformándose en felicidad lentamente.

-Esta bien... Entonces somos... ¡SEREMOS Padres!- gritó de la emoción.

Desde aquel día las cosas fueron cambiando lentamente en aquella casa, Sasha había olvidado a aquel joven que una vez se detuvo delante de su puerta.

Los dos salían por las tardes y los fines de semana a mirar cosas de bebé, pero aún estaban 0discutiendo la forma en la que se llamaría la pequeña, o el pequeño.

Poco a poco el futuro bebé se hacía paso en una habitación, en la cocina y en el baño.

Mientras en la casa se daba un ambiente feliz, con el hilo musical del indie rock suavemente por todo el hogar, llegaban bolsas de ropa, la cuna y muchas cosas más, hasta cambiaron de coche, por uno más familiar. 

Altair en un mundo nuevoWhere stories live. Discover now