Prologo

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La estación estaba abarrotada de gente y Jace y Clary iban cogidos de la mano, caminando rápido y cerrandose los abrigos ante el imponente frio. Delante de ellos iba una chica pelirroja de dieciséis años con unos vaqueros, un chaquetón beige, un gorrito de lana y una bufanda blanca de piel, que llevaba un carrito con tres maletas, un baúl y una jaula vacía. Encima del baúl iba sentada una niña de cinco años con dos coletas que recogían sus rizos rojos. A su lado iba una niña de trece años con el pelo negro lacio, y el mismo equipaje, sólo que en su jaula había un pequeño erizo y sobre el baúl iba un niño rubio de ojos verdes. Los seis Herondales cruzaron el muro entre el anden nueve y el diez. Cuando se encontraron en el anden 9 3/4 la bufanda de Adele comenzó a moverse y un hurón blanco salió de su cuello y se metió en la jula. Mientras, su hermana Celine, con su chaqueta gris y sus vaqueros desgastados buscaba algo con la miraday sonrió cuando lo encontró....... O mejor dicho, cuando la encontró.

Corrió hacia la cabellera castaña que le daba la espalda y le abrazó por la cintura. La chica que se dio la vuelta era muy blanca, con las mejillas sonrosadas y unos increíbles ojos de gato. Alexandra Lightwood, la última heredera del apellido Lightwood, era la mejor amiga de Celine desde qué nacieron, y desde hacía un año, también era su parabatai. Las chicas se abrazaron eufóricas y luego Celine se volvió para saludar a su tío Alec y al marido de este, Magnus. El miembro de la familia que faltaba, Max Bane, un chico rubio de ojos castaños, llego con un montón de cafés en las manos. Los repartió mientras se saludaban todos, esperando a los dueños de los siete cafés sobrantes.

Pasados quince minutos los vieron llegar de lejos. Tres chicos con equipajes similares, un chico y una chica de dieciséis años, Sophia Lewis con sus largos rizos negros y sus ojos azules, y Kyle Roberts de ojos verdes y rizos castaños. La otra chica, Mía Roberts, tenía el pelo largó castaño y los ojos verdes brillantes miraban el tren en el que subiría pera su primer año en el Idris Institute. Se saludaron todos y cogieron sus cafés. Sonó la campana y los chicos subieron al tren. Los mellizos de cinco años, Seraphine y Jonathan, se susurraban travesuras, sabiendo que serían los únicos niños del instituto durante un paz de meses.

Clary, Jace, Alec, Magnus, Izzy, Simon, Maia y Jordán miraban como el tren se alejaba de la estación.

Y sus hijos con el...............

Cazadores de sombras: Ciudad de los espejos del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora