La Compañia del Angel

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-Buenos días chicos, soy la señorita Cordelia.

-Buenos días señorita Cordelia

-Bienvenidos a la clase de hechizos

La clase de hechizos era una clase de forma rectangular, en los dos lados más largos había tres filas de gradas, en uno de los extremos se situaba la mesa de la profesora y en el otro una puerta doble. Mia se había sentado en la primera fila de la derecha y junto a ella estaba Jenny. Detras, en la segunda grada estaban Celeste y Andrea. La señorita Cordelia era una bruja, tenía el pelo rizado de color rosa. Agitó la mano y una varita apareció en la mesa de todos los niños que no eran ni hadas, ni brujos.

-Bien chicos, hoy empezaremos con un hechizo muy sencillo. Repetid conmigo "Aqua Volatem"

-Aqua Volatem

-Muy bien ahora haced un círculo con la mano o la varita y apuntad hacia delante. A ver quien averigua el resultado.

Todos empezaron a recitar el e hizo sin éxito. De repente la sala se quedó en silencio al descubrir que dos chicas habían logrado hacer el hechizo. Celeste sostenía una bola de agua en la palma de la mano y junto a ella Andrea sostenía otra en la punta de su varita.

-Excelente trabajo señorita Blackthorn.

-Gracias señorita Cordelia.

-Y en cuanto a usted, señorita Seelei, he de adivinar que su especialidad es el agua.

-Si, señorita.

-Lo suponía, sus hermanos también mostraron mucha soltura en sus campos de especialidad.

Celeste, tras un rato jugando con su bola de agua, le dio un golpe a esta y se la tiró a Andrea, empapandole la cara a lo que la niña respondió tirándole la suya.

-Señorita Seelei, así que es usted la reboltosa-dijo la profesora, alzando la voz por encima de las risas de las niñas-Con lo tranquilos que han sido sus hermanos.

La risa de Celeste cesó de repente y Andrea la miró extrañada, y estaba a punto de preguntarle que le pasaba pero una mujer entró en la sala. Rondaba los treinta y tantos de edad, bajita y con el pelo rojo oscuro casi rozándole los hombros. Detrás de ella iba un hombre alto y musculoso de ojos azules y cuyo pelo castaño se había aclarado a causa de sus primeras canas.

-Sra. Herondale , Sr. Lightwood que sorpresa.

-Cordelia puedes tutearnos, hemos venido a por Mia y Celeste.

-Por supuesto Sra...... quiero decir Clarissa.

Mia y Celeste se levantaron extrañadas, la segunda todavía empapada, y sintiendo las miradas curiosas de sus compañeros clavadas en la nuca. Salieron de clase seguidas por Clary y Alec. Fuera esperaban Alex, que parecía nerviosa, Neus , dolorida y Celine que estaba algo cabreada.

-¿Qué pasa Alec?-Preguntó Celeste

-Nos han llamado para una reunión de la compañía del ángel

Las cinco niñas siguieron a Clary y Alec mientras sacaban a los demás de sus clases. Cuando estuvieron todos ( Adele, Kyle, Sophia, Max, Iris, Hugo, Celine, Alex, Celeste y Mia) se dirigieron al despacho del director. La estancia era grande, con una gran mesa llena de papeles, tinteros y plumas, y las vitrinas de las paredes estaban llenas de trastos sin ninguna utilidad clara. Detrás de la mese estaba Magnus con un portal abierto. Al cruzarlo se encontraron en una sala blanca con una mesa y sillas del mismo color. En ellas estaban Jace, Isabelle, Simon, Mia, Jordán, la reina Seelei, Jonathan, Seraphine y Emeline. La más pequeña de las princesas era una niña rubia de apenas cinco años con unos adorables ojos rosas. Los hermanos Seelei fueron a abrazar a su hermana, y Adele y Celine hicieron lo mismo con sus hermanos. Tras los saludos se sentaron y el ángel Raziel apareció en un extremo de la mesa, imponente y con el torso lleno de runas doradas, similares a las que todos los miembros de la compañía del ángel menores tenían en la nuca. Raziel comenzó a hablar con voz dulce y a la vez fría.

Cazadores de sombras: Ciudad de los espejos del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora