"El mal acecha en todas partes
y a veces no nos damos cuenta
de ello.El demonio se encontra oculto en la profunda oscuridad, observando desde el infierno a los humanos, cada uno se veía más desagradable que el anterior, le molestaba su existencia, los humanos simplemente existían para cumplir con su deseo sea lo que fuere y una vez de haberlo cumplido solo seguían sus vidas disfrutando del tiempo que les quedaba, su forma de pensar y de ser hacia que el demonio tuviese ganas de ir a la tierra y acabar con la vida de cada mortal pero no tenía permitido ingresae al mundo humano a menos que alguien tuviese el corazón tan frío como para matar a todos los humanos, eso les permitiría ingresar al mundo humano a cada demonio porque al no haber vida en un mundo cualquiera podría ingresar y adueñarse de el.
-El mundo humano será nuestro.-
Un humano llamo mucho la atención del demonio, era diferente de los demás es cierto que cual humano podría asesinar a otro pero ese chico emanaba tanta maldad y odio como si dijese "Mataré a todos y cada uno de ellos." Él demonio sonrío diabolicamente.
-Y ese chico se encargara de abrirnos las puertas.-
Con ciertas ansias se dirigio hacia el centro del infierno, dónde se encontraba Lucifer, el rey de las tinieblas y del infierno.-Agramón, me sorprendé que hayas venido ante mí.-
-Lucifer, ¿por qué no se nos permite ingresar al mundo humano?
-Nos tienen encerrados aquí, ese maldito nos encerro con una barrera para no permitirnos el ingreso.- Lucifer bufó al recordar que por perdedor le toco ser desterrado a las profundidades del infierno junto con sus demonios.
-¿No puede romperse?-
-¿Romperse? ¡Agramón, no seas estúpido! Ni con la fuerza de todos los demonios podría romperse.- Golpeo con fuerza y enojo su trono, el cual estaba hecho de pedazos de cráneos de los humanos que alguna vez en el infierno se enfrentaron con él.
-Yo permitiré que nosotros y nuestro hermanos puedan ingresar.-
Lucifer sonrío de una manera tan diabolica que podría hacer estremeser a cualquier demonio pero poco a poco al darse cuenta de lo que planeaba Agramón soltó una carcajada.
-¿Vienes a pedirme permiso para ir al mundo shinigami?-
Agramón río sin desviar la mirada de Lucifer, lo que estaba a punto de decir era muy serio y si fracasaba esa sería su última vez con vida.
-Me has descubierto, no puedo ocultarte nada. Viné a pedirte poder ir 2 veces al mundo shinigami.-
-¿Dos veces? Estás decidido a que gobernemos en el mundo humano ¿No es así?-
-Reinaremos en todas partes mi señor.- Dijo Agramón retirandose de aquel lugar para ir con su oscuridad al mundo shinigami, como nunca había estado allí le entusiasmaba conocer como se vería aquel lugar, se lo imaginaba como un mundo inundado de caos y muerte en el que encontraría miles y miles de shinigamis eliminando 1 a 1 a cada humano de la tierra con sus death notes.
No paso mucho tiempo hasta que el demonio de la oscuridad aparecio en la entrada del mundo shinigami, detenidamente observo el lugar, no era lo que esperaba pero tenía ese aspectro lugubre que le encantaba.
-Esté lugar es increíble...- Dijo Agramón tomando uno de los cráneos que se encontraban en el piso entre una de sus manos para destrozarlo con tanta fuerza para darle aviso a los shinigamis que él ya había llegado.
-Jealous, sea dónde sea que te escondas voy a encontrarté, tú y yo seremos los que haremos arder al mundo humano.-
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Death Note
FanfictionAgramón el demonio de la oscuridad está cansado de la vida humana y quiere exterminarla a como de lugar, un chico hará que todo sea posible para que los demonios del inframundo dominen el mundo humano.