Capítulo Cuatro

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―Solo digo, no le veo la gracia a tomar como si no hubiese un mañana ―menciona Ashe, mientras nosotros lo ignoramos y seguimos metiendo las cervezas en el carro de compras.

―Si quieres tomar juguito de naranja, ninguno de nosotros te detiene ―replica Carter, claramente con ánimos de fastidiar.

Ashe rueda los ojos.

―Tomaré, solo que no como un salvaje, como ustedes ―contesta.

Carter se ríe y pasa un brazo por los hombros de Ashe.

―Calma señorito intelectual. Solo bromeaba ―asegura, palmeando su cabeza y finalmente apartándose.

Ashe es como el niño pequeño de nuestro grupo. No es el menor, pero no nos cuesta mucho tratarlo como tal. A veces es tan inocente que no se da cuenta de que la vida puede meterte un puñetazo en la cara, en cualquier momento.

No hemos hablado sobre todo lo que sucedió el lunes. Carter no ha explicado sobre el extraño suceso con Ashton y los chicos finalmente han dejado de fastidiarme con lo de Charlie.

Ese día, a pesar de que el profesor no lo notó, mis amigos tuvieron una clara visión de lo que sucedió entre nosotros. Ashe me llamó idiota a más no poder, Cameron comenzó a usar la palabra cuello para todo, solo para fastidiarme la existencia y Carter se pasó la semana entera quejándose porque se lo perdió.

Yo había intentado llevar a cabo mi plan, pero no había tenido la oportunidad de hablar con ella en ningún momento. ¿Por qué? Porque, extrañamente, ha estado pasando mucho tiempo con Alexia, que parece ser su nueva mejor amiga.

No me fastidia por el hecho de haberme acostado con ella antes, sino porque Charlie probablemente cree que es una amistad de verdad, cuando yo no puedo evitar pensar que está planeando alguna cosa mala. Mientras no le haga daño a Charlie ni la convierta en alguien que no es, no tengo ningún problema.

Pero sigo receloso.

―Quiero comprar gomitas para mezclar con el alcohol ―señalo, haciendo un gesto hacia la zona de dulces.

―¿Crees que Charlie irá? ―pregunta Cameron, caminando a mi lado.

Carter sigo caminando junto a Ashe, diciéndole algo sobre lo importante que es que deje su inocencia de una vez por todas, para hacer con Camila lo que tanto quiere.

Intento no reírme, pero no puedo evitar sonreír, completamente divertido con la escena.

―Siendo sincero, después del lunes, no tengo idea de qué esperar ―confieso, encogiéndome de hombros.

Me acerco a donde están las gomitas de osos y tomo varias bolsas, dejándolas en el carrito de compras. Ashe sigue siendo fastidiado por Carter y Cameron me observa con los codos apoyados en el carrito.

El Playboy se enamoraWhere stories live. Discover now