Capítulo Ocho

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―¿Por qué no sencillamente le dices que venga a sentarse? ―Ashe pregunta

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―¿Por qué no sencillamente le dices que venga a sentarse? ―Ashe pregunta. Sus ojos se mantienen clavados en el libro que actualmente está leyendo, sin embargo.

Cameron tiene los brazos cruzados sobre la mesa y la barbilla apoyada sobre estos. Su mirada está perdida en el vacío. Me pregunto lo herido que debe encontrarse. Claramente no conozco todo lo que viene incluido con el amor y los corazones rotos, pero haberle dedicado tanto tiempo a una relación que finalmente terminó de esa manera, debe doler. Debe ser decepcionante, también. Y quizás frustrante, porque a pesar de todo, Cam la sigue queriendo.

Carter está demasiado ocupado observando su celular, sonriendo como un tonto y pasando por todas las cuentas de Instagram de las chicas de la escuela. Sacudo la cabeza, parece que al final él va a ser el que se quede con el título de playboy. Ahora que Charlie y yo vamos a intentar esto, cómo sea que se llame, claramente mis tiempos de jugador van a quedar de lado.

Sé que ha de resultar difícil creer que estaré reformado y que no intentaré meterme en los pantalones de la primera chica bonita que se me cruce, pero mientras no lo haga y le demuestre a Charlie que voy en serio, todo estará en orden.

No es que lo necesite, no ahora, al menos. Antes, cuando no creía que Charlie alguna vez fuese a poner sus preciosos ojos sobre mí, liberar la tensión y los deseos que tenía era el principal motivo por el cual iba por ahí, de cama en cama. Ahora que estoy con Charlie, claramente nada va a suceder en ningún tiempo cercano, pero si logro demostrarle que no tengo planes de ser idiota, significa que eventualmente sucederá. Y, por algún extraño motivo, con ella no siento que sea necesario. Con haberla besado el viernes en la noche había sido más que feliz.

Ha. Parece que después de todo, no necesito sexo para sobrevivir. ¡Quién lo diría?

―Está con sus amigas ―digo, mordiéndome el labio―. ¿Crees que sea buena idea? ―le pregunto de regreso, sabiendo que es el único que actualmente está prestándome atención.

―Es tu novia ahora, ¿cierto? ―responde con otra pregunta ―. Me parece que es perfectamente normal que almuerce contigo.

Arrugo la nariz.

―No es mi novia ―señalo.

Ashe finalmente alza la mirada de su libro y frunce el ceño.

―¿Qué tontería estás haciendo, Seth? ―exige saber.

Sacudo la cabeza.

―No es eso ―aseguro―. Hablé con ella al respecto y dijimos que no somos novios, aún. Pero supongo que estamos saliendo, ¿cierto? ―pregunto. Es mi turno de arrugar las cejas. Ahora estoy un poco preocupado―. Porque me dijo que lo tomáramos con calma. Imagino que a eso se refiere, ¿no? ―repito.

Los tres me están mirando, entonces. Parecen estar divirtiéndose un montón, por el brillo tonto en sus ojos. Ruedo los míos y me preparo para la burla que está por venir.

El Playboy se enamoraWhere stories live. Discover now