¿quién te defenderá a ti?

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Mía me miraba muy seriamente, se me hizo raro ya que creí que había siempre una permanente sonrisa en su rostro.

Yo:_ ¿Qué querías preguntarme?

Mía:_ Solo quería saber _la vi titubear, por un momento parecia que le incomodaba preguntar_¿quién era el sujeto... ese?

Yo:_ ¿Sujeto? ¿qué sujeto? _ podía intuir a que se refería con esa pregunta, pero no quería hablar de ello.

Mia:_ Él que intentó golpearte la otra noche _su expresión de sería paso a extremadamente sombría.

Yo:_ No me mires a si que me asustas _le digo en tono de broma mientras intento cambiar un poco el tema.

De a poco comenzó a formarse una gran risa en su rostro.

Mia:_ Eres increíble chica te pregunto algo serio y te burlas de mi cara.

Yo:_Que dices, una linda sonrisa como la tuya debe estar siempre a la vista de todos... _espera... ¿que cosa dije? Pude notar que me sonrojo al decirlo.

Mia:_ Lo se soy perfecta _Con ese comentario nos pusimos a reír.

Parecía que había logrado dejar el tema atrás, el resto de la tarde pasó en tranquilidad. Hace mucho no me sentía tan cómoda en la compañía de alguien aun que recién estábamos conociéndonos, pero se sentía como si ella hubiese estado a mi lado toda mi vida y confiaba en ella de esa manera, al contrario de la issi que ni siquiera podía intentar confiar últimamente.

Pensar en la issi me dio un dolor en el pecho, parecía que cada día nos alejábamos más y más, pero no podía soportar que siga controlando mi vida además se quería quedar contigo... no podía seguir aguantando y empiezo a notar que mis ojos están lagrimeando, no debía llorar.

Estábamos comiendo helado y al tratar de secar mis lágrimas se termina cayendo.

Mia:_ ¿Qué te paso? _su cara de preocupación era evidente.

Yo:_ perdón solo me acorde de cosas innecesarias.

Mia:_ tiene algo que ver con el tipo de la fiesta.

Yo:_ No exactamente.

Mis lágrimas comienzan a salir sin permiso, el verla preocupada por mi me hizo feliz e intente darle una sonrisa aun que entre lagrimas, quizás esa expresión termino por confirmarle todo.
Me recuestó sobre su pecho, su calidez me hizo sentir mejor y al acariciar mi cabello las lágrimas comienzan a cesar un poco. A pesar de la amargura del momento su aroma me da una sensación de quietud.

Fuimos a un parque cerca de la heladería donde estábamos, la tarde estaba espectacular para pasear y lo notamos ya que habían muchos niños jugando.

Mia:_ Se que intentas evadir el tema, pero por alguna razón siento que necesito protegerte.

Ciertamente, no quería hablar de ti. Cuando pensaba en como habías actuado la noche anterior una gran angustia me invadía y se me hacia un nudo en la garganta.

Yo:_ Lo siento mia, él no es así solo parecia estar estresado.

Mia:_ A mi parecer eso no es estrés. Escucha, puedo notar que quieres defenderlo a toda costa, pero si tu lo defiendes a él ¿quién te defenderá a ti? _volvió a mostrar un rostro sombrío.

Yo:_ ¿A mí? ¿porqué deberían defenderme? ¿de qué?

Cuando le pregunte eso parecia estar muy preocupada.

Mia:_ Hay cosas que debes darte cuenta por ti misma _dijo en voz casi inaudible.

Pasamos el resto de la tarde en el centro comercial mirando cantidad de ropa y libros. Por alguna razón a pesar de que a ella no le gusta leer me acompaño feliz a chequear si había llegado algún libro interesante, luego fuimos a aquel cine que había abierto hace poco, miramos la película "a la deriva". Para cuando ya anocheció recibió una llamada.

Mia:_ Lo siento mi niña debo irme, pero muchas gracias por pasar la tarde conmigo.

Yo:_ Quizás deba yo darte las gracias por invitarme al cine, hace mucho quería ver esa película. Pero en fin nos vemos.

Mia:_ Sabes que puedes llamarme si pasa algo y cuídate mucho, me llamas al volver a casa.

Yo:_ Claro MAMÁ _le respondo de forma sarcástica y ambas reímos_ nos vemos otro día.


Luego de esa noche no te vi por muchos días, de hecho la misma cantidad de días que deje de ver a Mia, aun que eran por razones muy diferentes, quizás tenia que pensar un poco sobre ti y a comparación de ti, Mia me llamaba todos los días lo cual me hacia pensar que ya podrías tener a otra y haberme cambiado lo cual me entristeció, pero no era momento de tristeza ¡por fin ese fin de semana me juntaría con Mia!

Iba de camino a mi "cita" pasando por unos puestos de comida por el centro cuando vi a varias parejas comiendo y riendo juntas, felices.  «Como quisiera estar de aquella forma también» pensé. por lo llorona que soy preferí sacar esos pensamientos de mi mente y pensar en que haría hoy Mia, pero de pronto una mano se poso en mi hombro, me  doy media vuelta.

Yo:_ Issi _digo un poco sorprendida.

dejame olvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora