Prólogo.

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—...que si fuese con él al cine, me ayudaría con el proyecto de historia. Pero ya sabes, ya te había contado que no me gusta en realidad y no quiero decírselo para hacerlo sentir mal. Acaso me entiendes, ¿verdad? ¿No estoy en lo correcto? Es un buen muchacho, sobre todo inteligente y locuaz y eso tenemos en común, pero no me llama la atención y cree que por haberle halagado aquella tarde en la entrada de la universidad ya piensa que estoy enamorado de él y me hago el difícil. Y... Jesús, creo que te estás cayendo del sueño Len.

Evidentemente Len estaba sentado en una de las sillas del comedor con el mentón apoyado en sus manos, un poco somnoliento, entornando los ojos cada cinco segundos y volviéndolos a abrir completamente en una lucha por no quedarse dormido. Trataba de darle toda la atención a su amigo Piko, quien estaba en frente de él, cotorreando sin cesar y eso no era tan alentador después de todo; sinceramente lo aburría aún más.

—Uh... Sí, yo... Lo siento. Es que el día ha sido muy agotador en el trabajo —trató de despabilarse al frotar sus manos en los ojos—. Por suerte hoy no tengo clases en la uni.

—Ya. No te preocupes. Debes de descansar más seguido —sugirió concienzudamente, abandonando su asiento para buscar lo que sea que hubiera en la nevera—. Creo que exageras con los estudios a las tantas horas de la noche. Lo sabes, ¿verdad? He visto en la televisión muchas casos parecidos en donde las personas que pierden muchas horas de sueño...

—Ya sé Piko, ya sé. —Len se colocó de pie, acomodando un poco su suéter de lana que al parecer estaba estrujado. Su rostro estaba pálido y apenas tenía pintada unas ligeras ojeras, no haciendo un buen complemento con sus ojos celestes en realidad—. Por favor no me estreses más con tus amargos sermones, ¿bien?

Piko sacó una mandarina, mirando al áureo con un semblante casi inteligible y procedió a decir:

—¿Quieres decir que te estuve estresando con la historia de ese tipo en la universidad? —cuestionó, cerrando la puerta del refrigerador y luego apoyando su espalda en esta, con una mirada inquisidora y medianamente exagerada.

Len entornó sus ojos, negando con la cabeza y disimulando una sonrisa, casi real.

—No, cabeza de ajo. Simplemente estoy agotado, ¿okey? —El blondo estiró el brazo hacia él para recibir la mitad de la mandarina que le había ofrecido—. Eres un estúpido Utatane, siempre se te pegan las cosas feas como mosquitos. Hazte un tatuaje o un piercing para que llames más la atención de esas personas maduras o atrevidas, lo que sea.

El albino echó una carcajada, a punto de decir cualquier cosa cuando algo fuera de su departamento sonó como un estruendo. Causando que se callaran y se miraran detenidamente a los ojos, con el susto a flor de piel y buscando algún motivo a sus preguntas internas. Un imprevisto espasmo se les presentó y quedaron inmóvil por unos segundos.

—¿Qué fue ese ruido en el pasillo? —preguntó Len, llevando su mano en el corazón para sentir sus latidos y caminando junto al beta hacia la sala de estar, procurándose de que en la habitación del rubio estuviese callada y calmada.

Se escucharon más ruidos posteriormente, y varias voces de algunos hombres que entablaban una conversación. Haciendo instintivamente que se calmaran por la forma consuetudinaria y pacífica en la que hablaban, pero tampoco abrieron la puerta, un poco confabulados por la rara situación detrás del umbral principal, en el pasillo.

—Cielos. Qué susto. —Piko abruptamente empezó a reír sin ningún motivo, o eso pensó el omega, un poco confundido—. ¿Te había contado que se mudaría un nuevo vecino? Seguramente son los ruidos de todas sus pertenencias que intentan entrar. Jesús, ¿cómo era que se me había olvidado? Habría preparado unas galletas para su bienvenida, ya sabes, para que se sienta familiarizado y que vea que en este edificio tendrá vecinos agradables y sobre todo guapísimos y solteros. Bueno, al menos eso último no, sólo para que se sienta bienvenido, o algo así, ¿me entiendes?

Len todavía no entendía por qué su amigo de casi seis años era tan lenguaraz y elocuente, y cómo podía decir todo junto sin equivocarse; pero el blondo solamente pudo expeler un suspiro de convicción antes de relajar sus hombros.

—Me asusté feo, pensé que le había pasado alg...

Sin embargo, otro estruendo se hizo manifestar con descaro y por accidente, haciendo que le doliera la cabeza al aludido y escuchara unos frágiles gritos desde su habitación. Kagamine se enojó un poco mientras miró a su mejor amigo, pudo jurar que dejó escapar unas tenues feromonas de odio y a la vez era gratificante porque el cabeza de ajo era inmune a percibir esos olores.

—Espera, voy a hablar con ellos sobre que tengan más cuidado con lo que hacen —espetó Piko con una mueca, viendo como el ojeroso rubio asintió con pesadez para dirigirse a su habitación.

Y no tardó en hacerlo precisamente; no obstante su lobo interno se sensibilizó cuando escuchó los gemidos de un pequeño niño llamando a su madre, asustadizo e indefenso. Len rápidamente se acercó a él para tenerlo en sus brazos, preocupado por la estabilidad del infante.

—Mami, tengo miedo, tengo miedo —balbuceó el pequeño, llorando entre el suéter del omega, atemorizado y confuso. Hace unos minutos estaba durmiendo tranquilo, y Len estaba confiado que seguiría reposando hasta tarde porque hoy en la guardería le habían contado que no tomó la siesta y eso... Bueno, parecería bastante frustrante para el cachorro despertarse en pleno sueño repentinamente con temor. Y para el blondo se le hace difícil poderlo dormir, a su hijo, a su cachorro.

—Sssh... tranquilo cariño, tranquilo. Ssshh, no ha pasado nada malo mi pequeño alpha.

 Ssshh, no ha pasado nada malo mi pequeño alpha

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Agradezco el gran apoyo que me brindan, un beso enorme para los fanáticos del KaiLen. Esta fic la quiero hacer un poquito larga, no es que contenga tanto relleno ni nada de eso, pero tampoco tan precisa y corta como 'Más que amigos'. Eso lo decidiré luego. Mientras tanto disfruten esta hermosa fic que se me ocurrió de la nada.

Aún sigo pensando cómo quiero que termine mi otra fic, y ya tengo todo planeado, pero quiero que salga no perfecto, pero muy aceptable, por lo que no sé si me tardaré en terminarla. Dejo este nuevo por aquí porque será mi nuevo proyecto (Sobrio queda descartado), subiré probablemente el primer capítulo antes de terminar con Más que amigos y desde ese entonces le dedicaré toda mi atención para escribir los extras que tendrá. Al culminar con todo, vendré de regreso con este hermosa novela que he creado. Besos enormes.

28 de julio, 2018

God is an omega » |Kailen| •OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora