Nadie me dijo que dolía tanto pero con el tiempo era como una espina en el corazón.
Nuestra protagonista Julie vive una de las etapas más importantes de su vida con altos y bajos, alegría y tristeza, amor y odio.
Thomas no sabe que quiere, ni que...
Me encuentro sentada en un banco del parque central del pueblo, High Mountains, creo de verdad que este es el pueblo más aburrido de todo Carolina e incluso de todo el país y no exagero si digo que de todo el continente.
Nunca pasa nada emocionante aquí, lo más emocionante que a pasado en meses el la perdida del coche de los Stuart, que no estaba perdido si no que el mayor de los hijos de la familia lo había hundido en el lago mientras estaba con una chica y le dijo a sus padres que se lo habían robado mientras ayuda a una anciana con la compra.
Chicos como este hay cientos en el pueblo, aunque hay algunos que se salvan pero no son para tanto.
Para mí el mejor de los chicos aquí es Thomas Robinson. De verdad es cariñoso, gracioso, amable, travieso, coqueto y muchos adjetivos más, pero lo más importante para mí, su buen gusto en música y su estomago sin fondo.
Es lo más cliché del mundo que te guste tu amigo/vecino pero el no te toma en cuenta.
Mientras yo me encuentro aquí sentada dibujando bocetos y cuidando de mis hermanos seguramente el está con Susie Prescott en el cine. Odio a esa chica demasiado, siempre anda con cara de no haber roto un plato y lo que le ha roto es la nariz a una chica que se acercó a su ex. Es realmente mala pero eso es algo que no ven los chicos.
Estaba tan distraída que no había escuchado los gritos de mi hermano Patrick.
-¡¡Julie, Julie!!
Me levante corriendo del banco dejando todas las cosas sobre el y corrí hasta la zona de juego de los niños donde estaban mis hermanos. Me lleve una sorpresa cuando encontré a Thomas con Peyton en los hombros mientras seguía a Patrick alrededor del tobogán.
Me apoye en un árbol a descansar y recuperar fuerzas, mientras lo hacía me podía fijar en Thomas, alto, de tez blanca, con poco músculo y flaco, unos ojos grandes, pecas sobre su cara, una bonita sonrisa y lo que más que gustaba de el, su gran y alborotado pelo negro rizado. Realmente me sentía perdida por su pelo es como si me llamara a gritos y me dijera Tócame,Tócame.
Es un chico que no necesita ni una piel bronceada, ni músculos, ni unos ojos claros para enloquecer a cualquier chica que pase a su lado.
Creo que me estoy volviendo loca.
Nose en que momento paso, pero de repente tenía a Thomas a un metro de mi mirándome con una bonita sonrisa.
-¿Se puede saber dónde estaba señorita Rose? - dijo con un tono autoritario- llego al parque y me encuentro a sus hermanos sin vigilancia -se acercó un poco más a mi, y realmente comencé a ponerme nerviosa- me parece que esto merece un castigo - de repente apareció una sonrisa traviesa en su cara-.
De un momento a otro me cogió y me puso en su hombro como un costal de papas y empezó a correr por todo el parque.
-¡ THOMAS, SUÉLTAME, TOMMY PORFAVOR!- gritaba con la intención de que me soltara aunque me encantaba que estuviéramos asin-.
-Te suelto si me dejas invitarte a ti y los niños a por unas hamburguesas.
-Vale pero el mío con doble de patatas.
No sería capaz de rechazar cualquier cosa que tuviera que ver con comida.
-Perfecto.
Me soltó con cuidado y rodeó mis hombros con su brazo.
-Niños lo he conseguido, convencí a su hermana para ir a por unas hamburguesas a los recreativos.
-No dijiste nada de recreativos.
-Sorpresa.
En ese momento me acorde de que deje todo sobre el banco y que estaban sin vigilancia alguna, creo que no debería quedarme a cargo de nada.
-Mierda.
Me solté del agarre de Tommy y fui corriendo a buscar las cosas.
-¿Adonde vas? -me grito Tommy-.
-A por nuestras cosas que las he dejado sobre el banco.
-Eres un desastre.
-A sin me quieres.
-Cierto.
Pero no de la manera que yo quería que me quisiera.
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