||OTRA COMO YO||

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POCHÉ

Cada día que iba pasando era un día mas cerca de mi cumpleaños lo que significaba regalos para mi. Me encontraba en mi habitación acostada en la cama con el computador en las piernas revisando las fotos que se tomaron el día de mi quinceañera... Si, no habían pasado ni 6 meses y ya estaba pensando en mis dulces 16.

Toc! Toc! Escucho en mi puerta.

- Adelante! - Comunico a la persona que se encuentra del otro lado.

- Hola hermana! - Era Valentina,  mi hermanita. Para ser pequeña tenía una gran personalidad. Solo les cuento.

- ¿Qué te trae por aquí pulguita? - Puedo amar mucho a mi hermana, pero la conozco, se cuando quiere algo y esta era una de esas veces.

- Oh... Nada nada ¿acaso no puedo pasar tiempo contigo? - Pregunta fingiendo inocencia en su voz.

- Vale, dime qué quieres. - No me gusta que la gente se ande con rodeos, me ponía nerviosa.

- Bueno, ya que tanto insistes... - Su sonrisa que al principio reflejaba ternura tomó un cambió drástico y mostró con complicidad. - Esta tarde tengo una cita a las 7pm, pero no eh terminado mis tareas de la casa, son las 3 pm y papá dijo que si no termino todo no puedo salir. - Ya veía el camino que esta conversación estaba tomando.

- Ve al grano Vale. - Ya me estaba impacientando, pero a la vez me causaba ternura su desespero.

- Está bien! ¿puedes ayudarme con las tareas? Solo la cocina ¿por favor? - Hizo un puchero.

- Ni loca Vale, son tus responsabilidades no te voy a ayudar. - No quería tener que estar haciendo yo sus tareas.

-Vamos, me la debes... A no ser que quieras que papá se entere de que fuiste a hacer en realidad con Caro el otro día de "estudio"... - Pequeña rata manipuladora.

- Ok ok, yo hago la cocina, pero solo eso eh? No abuses. - Como siempre logró convencerme.

Dos horas limpiando la cocina, valió la pena, no podía arriesgarme a que mi padre se enterara de que fui a fumar marihuana con Caro en vez de estudiar como dije que haríamos, si lo descubre no me deja salir de casa el resto de mi vida, seguro.

Estaba agotada a mas no poder, así que decidí ir a mi lugar favorito, las orillas del río, donde puedo practicar con mi poderes y hacer unos trucos para divertirme un rato y relajarme.

Le avisé a mi padre que saldría un rato, me dijo que tuviera cuidado y que fuera discreta, no todos los día se ve gente que tiene la habilidad de controlar los elementos y tenía que aprender a tener un mayor control sobre ellos, mas ahora que voy a un nuevo instituto, no quiero mas accidentes ni mas mentiras para cubrir todos los desastres de años anteriores.

De camino, pase por fuera de un local que se llamaba "Venus", tenía un aspecto llamativo así que entre, no esperaba comprar nada pero al ingresar se me abrió el apetito y recordé que no había comida nada desde el almuerzo. Me quedé parada frente al mostrador cuando siento una mirada sobre mi, no sabía de quien provenía, volteé la vista por todo el lugar hasta que mis ojos se toparon con los de una morena de pelo corto, no mas de 16 años, el color miel que se apoderaba de su retina era hermoso, cautivante para cualquiera. Aparentemente la chica no se dio cuenta de que yo también la estaba mirando, pareciera que se hubiera quedado pegada en algo, pues al momento que llegó el mesero con su pedido esta se exaltó dando un brinco en su asiento.

Viendo la cartelera del lugar decidí comprar un café moca blanco frío, no soportaba ni un segundo mas el calor infernal que acechaba las calles de la ciudad de Bogotá el día de hoy, acompañado de un croissant de chocolate. Recibí mi comida, pagué y fui a sentarme a una de las mesas de la cafetería, tomé todo tranquila, no estaba apurada por llegar a ningún lado. Sumida en el aburrimiento me dedicó a observar mi entorno hasta que me topo de nuevo con esos ojos color miel, fue un segundo solamente pero algo pasó que provocó que mi pecho empezara a doler, posiciono mi mano en en el lugar donde se encontraba el dije y bajo la vista, estaba brillando, lentamente ese brillo desapareció y el collar volvió a adquirir su tonalidad plateada que había predominado los últimos 15 años... hasta ahora, "Debió ser el reflejo del sol" pensé "Es imposible que haya tenido algo que ver con aquella chica".

Unos 15 minutos después veo por el rabillo del ojo como la morena se levanta del asiento y toma paso a retirarse del local, corriendo. Luego de un rato termino de tomarme el café y de comerme mi pastelito, ambas cosas estaban deliciosas. 

Tomo mis cosas de la mesa procurando que no se me quede nada, salgo de la tienda y sigo con mi camino hacia el río de la ciudad. Cuando iba llegando escucho el sonido del agua chocando con algo, se me hizo extraño ya que el lugar siempre se encontraba en completo silencioso cuando yo iba. Me apresuré a bajar el montículo de tierra que establece una barrera entre la calle y el río, cuando veo a alguien que me resulta familiar, una mujer alta de pelo corto, difícil saber el color por la distancia y la poca luminosidad que poseía el lugar a esas horas, y que carga consigo unas curvas que seguro no es posible sacar de la mente. 

De a poco me voy acercando cuando noto que esta niña estaba ahí aparentemente por las mismas razones que yo, cosa que me sorprendió, pues nunca imaginé ver a otra como yo, alguien con la capacidad de controlar los elementos, bueno por lo menos el agua por lo que podía ver.

Me quedé concentrada en su postura y movimientos atractivos, pensaba en qué sucedería si llegase a hablar con ella, pero esos pensamiento se esfumaron al momento que siento como mi pie derecho se resbala permitiéndome caer encima de unos arbustos.

- Hijo e' pu... - Me contuve al recordar que no estaba sola y que aquella niña no sabía que estaba siendo presenciada por mis ojos.

Limpié mi pantalón y mis manos como pude, pues no la tierra no salía fácilmente de la ropa blanca.

-  Quien quiera que seas, sal de ahí! - Escucho un grito potente, pero bastante paranoico y preocupado, asustado. En ese momento veo como las manos de la morena se prenden en llamas y termino de confirmar mi teoría, no lo podía creer.

- Woow, tranquila fiera no te voy a hacer nada. - Cautelosamente me aproximé a ella hasta quedar frente a frente, con cuidado, me permito examinar su belleza con mayor claridad  bajo la luz de la luna acompañada de las estrellas. Unos ojos color miel hipnotizantes bastante familiares, un cabello castaño corto y liso, y un cuerpazo que no se lo niega nadie, ahí es cuando caigo en la cuenta de que es la niña de la cafetería, aunque ahora estaba con la ropa un poco mas mojada que la última vez que la vi.

La chica se quedó en una especie de trance nuevamente, no reaccionaba.

- Aló? - Paso mi mano por frente de su cara.

- ¿Qué? Ah emm... ¿Qué quieres? - Mi intento por que despertara resultó, con un poco de nerviosismo en sus palabras logró pronunciar una pregunta válida.

- Nada -Respondí amablemente, creo que debía presentarme, era lo correcto. - Soy María José, pero me puedes decir Poché. - Estiré mi mano en forma de saludo, dudosa ella aceptó.

- Soy Daniela. - Lindo nombre, siento que se me hace conocido, pero no se de donde, en la cafetería nunca lo escuche...

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Hola mi gente! Bueno les explico, historia nueva, PERO decidí ponerme un horario para actualizar y que ustedes tengan el contenido como se merecen cuando lo merecen.

Los días van a ser: Martes, jueves y domingos en lo posible, si surge algún inconveniente donde se me niegue la posibilidad de publicación le voy a avisar y se publicaran 2 capítulos en la fecha siguiente de actualización

Espero les este gustando, publiqué estos 3 caps en forma de introducción a la historia.

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-Kate.


Fairy tail - CACHÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora