Tord se sienta al lado de unas flores, flores que pertenecen a un helecho pariente lejano de la familia de las fresas.
Bosteza, estira su brazo (pues el otro sigue enyesado) y se acuesta en el pasto detrás de él.
Cierra sus ojos, seguramente para que la luz del sol no penetre directamente sus ojos, escucha a las animadoras de la escuela practicar nuevas porras, el pasto esta ligeramente mojado pues recientemente llovió y sabe que su camisa se va a ensuciar. En las orillas del patil, escucha las pisadas rápidas y arritmicas se sus compañeros trotando.
Cubre su fente con su mano y gira levemente a su derecha, sus pestañas brillando por la luz.
Asombrado, un castaño aiente que se le va el aliento al verlo así de pacífico, era una expresión similar a la que tenía mientras dormía, claro, antes del robo...
El acosador enfoca, girando ligeramente la mira de su cámara a la derecha, pone su dedo encima del botón que le permite mantener ese momento para siempre y-
— ¡Hola, maricon! — Grita en su oído Eduardo, salta del susto y su agarre en la cámara se esfuma, intenta agarrarla de nuevo, pero se ve incapaz de atraparla. Y, así, la hermosa cámara Kodak termina cayendo del tercer piso de la escuela, y, por lo que escucha, cae y termina sin reparo.
— ¿Qué te pasa? — Chilla el menos alto, enojado. — ¡Es la décima del mes! — Eduardo sólo ríe, choca los puños con Mark, que mira con mala cara a el menor y ríen mientras se aleja del acosador.
El castaño rechina sus dientes y sin querer entierra sus uñas en la palma de su mano.
Lo odia.
Lo odia.Pero sigue juntándose con él.
Lame sus labios y exhala fastidiado. Eduardo es su mejor oportunidad de acercarse al noruego.
🕷
Se encuentran en los vestidores, algunos chicos celebrando el próximo regreso de los otros integrantes de "La armada roja". El único que falta, es Tord. Pero, tan siquiera basándose en lo que un chico castaño dijo, se iba a cambiar en otro lado y le pidió que le llevara su ropa.
Yanov se las dió luego luego, molestando a el de ojos verde, que estaba seguro de que algo estaba mal, que alguien seguía a el emnor del grupo. Al pelinegro, le preocupaba el helado que lo esperaba en su hogar.
En cuentas resumidas, Patryck insistía que Tord era acosado y Yanov sólo quería ir a su casa a comer helado.
— Estoy seguro, Yanov. — El mencionado rueda los ojos, bajando la playera negra del uniforme que tienen que usar, molesto e incomodo, pues Patryck sigue semi desnudo y gritando teorías conspirativas.
— Mira, Brooklyn, sé que quieres ser detective y demás, pero, nadie acosaría a Tord, ¿Ok?
— Escucha lo que te estoy diciendo, Cujar-
— No uses mi apellido.
— Vale, hipócrita, — Yanov lo vuelve a mirar mal. — Te juro, que había alguien ahí, alguien con una cámara. — Añade, susurrando la última parte.
— Se supone que tu eres el de la cabeza fría, Pat. — Pat abre la boca, para repelar, está perdiendo su paciencia y sabe lo que vió. — Tord es lindo, y listo, bla, bla, bla. Tus supuestas razones por las que alguien lo acosa son las mismas por laa
S que gusta.— Vale, me atrapaste, sos un genio. — Dice Brooklyn, aún molesto. — Pero yo sé lo que vi.
Siguen cambiándose, Patryck termina de ponerse desodorante, arregla su cabello y los botones. Yanov intenta sonreír a uno de sus compañeros y hacer platica, para matar el tiempo.

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Vecino [Shipsworld]
FanfictionUna cosa es que te molesten, otra es que te acosen. Había acosadores que enviaban cartas, emails o regalos pertutbadores. Pero su vecino sólo miraba. Investigaba. Tenía la regla de "No tocar a Tord", pero, igual se colaría en su cuarto y le tomaría...