Revisando como siempre mis redes sociales, un sábado como cualquiera, mi atención se dirigió a aquel Post.
Era de Diego
¿Quien es Diego?
(Mi mejor amigo, el chico con la sonrisa más bonita que había conocido, quien para colmo de quién estaba enamorada.)
¿Y de que trataba su Post?
Se iba, para no volver Jamás.
Reaccioné de una forma absurda,
30 minutos me llevo el pensar por qué no había echo nada para evitarlo.Empeze a llorar.
Mi mente se hizo egoísta al pensar que el no debía de irse, no podía dejar que se fuera de esa forma, y menos de mi vida.Quizás al quedarse no aseguraba que se quedaría junto a mi.
Pero era un alivio saber que vivía en la misma ciudad, que miraríamos el mismo cielo, que veríamos el mismo atardecer, no alado mío pero si al mismo tiempo.No, no quería que se fuera.
Tenía que tomar una decisión
Tenía que decirle la verdad
Tenía que decirle que lo amaba
No estaba pidiendo que el hiciera lo mismo, solo necesitaba que lo supiera.No esperaba que el me amara, pero necesitaba quitar de mi este peso, este dolor, este sufrimiento.
Que absurdo es creer que el amor que queremos debe ser dado con la misma intensidad como lo damos.
Aunque eso fuera lo deseado y lo perfecto, ¿Deberíamos obligar ala persona a querernos?