El mundo no es lo que parece, siempre habrá que sacrificar cosas de tú vida sin que tú te des cuenta.
El mundo no es inocente, siempre habrá algo que te esté acechando desde lo más profundo de esté.Y eso Liam lo sabía perfectamente.
Hace al rededor de dos años y medio, Liam se juntó con un cambia formas tigre, Alfa de la manada vecina.
Zayn, como muchos le decían.
Pero había algo oculto en ese emparejamiento, Liam tenía que compartir a su Alfa ¿La razón?En el pasado se estipularon reglas, reglas que debían ser respetadas aunque estás no te gustarán.
El Alfa de una manada, tenía el derecho de tener a cuántas parejas quisiera tener, ya sea de otra manada o de la misma.
Así tenía que ser, puesto que en ese entonces, las y los omegas eran muy pocos. Habían más alfas y entre alfas está claro que no se puede tener cachorros y si no hay cachorros no hay población, era así de simple.
Y hasta la fecha, esas reglas tenían que ser respetadas cueste lo que cueste.Liam siempre esperaba a que su amado tigre regresara a casa, y eso era cada que él entraba en celo.
Sólo había sexo de por medio.
No era más que eso.
Aunque a Liam le doliera, el seguiría ahí, siendo le fiel siempre pues no tenía otra opción, al ser reclamados como parejas de alfas, estos tenían estrictamente prohibido tener contacto físico con otro Alfa, esa era una de las muchas reglas que habían y si llegabas a romper la más importante, merecías la muerte.
No tenían muchas opciones, siendo Omega la vida era difícil.Se acercaba el día del celo de Liam, y no podía estar más feliz, por fin volvería a ver a Zayn después de tres meses de larga espera.
Estaba en su hogar, el que había construido Zayn con el esfuerzo y sudor de su frente.
Liam trataba de tenerlo siempre impecable, sabía que a Zayn no le gustaba el desorden, pero hoy, hoy estaba reluciendo de limpió. Se había despertado muy temprano, había hecho el desayuno y se había dispuesto a hacer toda la casa antes de que el calor del celo lo abrumara y aunque podía tomar pastillas para suprimir el celo, a Zayn no le gustaba que el tomará esas cosas, pues él decía que su vientre no estaría fértil para él y no podrían tener cachorros.
Pero llevaban dos años y medio y no habían tenido ningún cachorro, Liam estaba seguro que él era muy fértil cual tierra al que siembras y está te da los frutos más ricos. Entonces ¿Porque?
Esa era la pregunta que se hacía Liam cada vez que iba al médico para ver si había tenido éxito.
Pero siempre era la misma respuesta, la respuesta que no le gustaba a Liam en absoluto.
"Aún no hay nada que esté creciendo en tu vientre, Liam. Lo siento."
Y cada que le decían eso, significaba que Liam lloraría por horas hasta olvidarse del asunto y esperar a que su siguiente celo venga y con el; Zayn.Era alrededor del medio día, Liam estaba en la bañera con mucha agua fría, su celo había comenzado hace poco y Zayn aún no llegaba.
Liam sabía que dentro de poco, Zayn estaría ahí con él, aunque su estadía ahí fueran solamente cuarenta y dos horas.
Pasaron diez minutos y un fuerte golpe se escuchó por toda la casa, Liam se asustó, pero después sintió el fuerte y potente olor de su Alfa, eso lo hizo soltar un pequeño gemido.
Zayn entró al cuarto del baño, donde se encontraba su Omega listo para recibirlo de la mejor manera.
Retiró todo lo que estorbaba a su paso, en este caso la ropa, quedando completamente desnudo, Liam se sonrojó fuertemente, aún no se acostumbraba a ver el esculpido cuerpo de su Alfa.
El mayor lo tomo en sus brazos fuertes y se dirigió a la habitación principal.
Dejo el delgado cuerpo de Liam sobre las suaves cobijas, no perdió tiempo y penetró a Liam como si su vida dependiera de sólo eso, el menor se aferró al cuello de su Alfa llevándose un desagradable olor, en su Alfa se sentían el olor de su omega la única que podía tener la marca de Zayn.
Mientras Liam era fuertemente penetrado, soltaba leves sollozos.
En su cabeza solo rondaban unas palabras.