Lo Que No Se Puede Evitar

Una Vista

A la voz de un nuevo día, Rin se despertó un poco adolorida y algo desviada. Sus sentidos estaban algo revuelto pero rápidamente hiso las conexiones necesarias para estar casi al 100.

Era un casi porque si recordaba bien, esas situaciones que la arrastraron a ahogar su dolor en licor, volvían a ella la tristeza y el arrepentimiento.

Pero que bellos fue en sus sueños las suaves caricias y los dulces besos, tantos mimos y palabras deseadas que solo Kou podría decirle y de quien esperaba algún día en la realidad.
Mas la realidad era diferente, o al menos, así lo creyó.
También creyó sentir en el aire, la dulce fragancia de su amada. También creyó sentir, su cálido cuerpo acurrucado junto al suyo y sus suaves manos envolviéndola de forma protectora y reconfortante...

Pero esta vez no era su imaginación, esta vez, su Kou estaba ahí. Tal y como había terminado su sueño, ahí mismo en su propia cama, donde antes sus fantasías habían sido tan claras, donde antes había sido reclamada y despojada de todas sus inseguridades.

Era real, no era una mentira... Kou Yagami había dormido con ella.