Una utopía es un lugar perfecto, justo; Un lugar que cualquier persona quiere vivir, regido por un gobierno que trata de ser perfecto.
A simple vista parecía una de las ciudades mas seguras, con una forma de gobierno distinto al de los demás pero ¿...
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《Pasaron ocho meses de que aquello sucediera por primera vez. La población parecía estar recuperándose y dejándolo en el olvido. Sin embargo esto no podía quedarse así ¿No? Esto se volvió a repetir. En seis meses habían sucedido diecisiete situaciones iguales. Hasta que súbitamente y sin motivo alguno los asesinatos pararon.
No obstante todo esto fue afectando a los ciudadanos a nivel psicológico. Ocasionando varios disturbios y protestas.
Una ciudad tan hermosa y deslumbrante en donde, por dentro, solo habita el caos y el desorden. ¿Las apariencias engañan, no?》
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—Buen trabajo, Neón— Dijo mi superiora
—No fue nada realmente difícil —Dije con cierto orgullo. —Y dime ¿Cómo ha ido la investigación?
—Sigues preguntando eso, ya te he dicho que no te puedo decir mucho, pero no hemos avanzado demasiado que digamos.
— ¿Aún no?
—Han pasado dos meses desde que el último caso ocurrió y aún seguimos estancados, el maldito es un genio que no deja ninguna huella, una rata escurridiza.
—Realmente no puedo creerlo ¿Qué pasa con la población? Porque, digo, no es muy tranquilizador saber que un loco anda suelto.
—Han dicho a la prensa que ya estamos por atraparlo, menuda mentira.
—Ya veo.
—Bueno iré a entregar el informe y alistarme para la reunión de esta tarde, cuídate.
Terminado de hablar se giro sobre sus propios pies y se fue caminando hacia el pasillo hasta que la perdí de vista. Había transcurrido mucho tiempo desde aquel horroroso día y graciosamente, o tal vez no tanto, no habían avanzado nada en la investigación.
A mi decidieron no incluirme en esa investigación, pese a mi insistencia, y era de esperarse. Sin embargo ya no me tratan como un novato o por lo menos no tanto. Finalmente me habían asignado un caso menor, pero no por eso sin importancia, sobre un supuesto ladrón y homicida a sueldo. Esta persona tenía bastantes asesinatos, tal vez más de 10, los cuales eran pertenecientes a pequeñas mafias o personas relativamente desagradables que la policía no encontró evidencia de sus actos como para ponerlos tras las rejas. Escuchándolo de esta manera parece más un justiciero que un criminal sin embargo un asesinato no deja de ser un asesinato. Por suerte este criminal no se molestaba en hacer sus actos públicos, ya tenemos suficiente con que uno lo haga. Además la población, desde lo emocional, no podría soportarlo.
