Una utopía es un lugar perfecto, justo; Un lugar que cualquier persona quiere vivir, regido por un gobierno que trata de ser perfecto.
A simple vista parecía una de las ciudades mas seguras, con una forma de gobierno distinto al de los demás pero ¿...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
《Un paso. Dos pasos. Tres pasos. Poco a poco. Sigue avanzando, a tu ritmo, pero avanza.
Nada es insignificante》
Una gran lista sobre una hoja se extendía sobre mi escritorio. En total diecisiete nombres tal como lo recordaba. No había podido averiguar mucho sobre las personas que había en ese papel. De todas formas tampoco esperaba hacerlo, después de todo solo había revisado la lista de personas asesinados y nada más. Hacerlo ya sería sospechoso ya que no mantenían relación con el caso de Robinhood. Aun así esto es suficiente. Lo demás lo puedo averiguar por mi cuenta. No hay nada que las redes sociales no puedan brindarme en esta era. Miré la hora y dándome cuenta de que ya habían pasado más de dos horas suspiré. Realmente el tiempo avanza cuando uno está concentrado. Observé con detenimiento los nombres que se alzaban enfrente de mí. A simple vista no había una conexión entre ellos. Había tanto hombres como mujeres y por lo que recordaba haber visto de sus perfiles el rango de edad se extendía desde jóvenes de veinte años a adultos de cincuenta. Un rango bastante alto como para poder sacar alguna conclusión. Lo único que podía hacer ahora es investigarlos y rezar para que de alguna manera estén conectados, ya sea que se conozcan, vivan en el mismo barrio o se hayan visto; Y así me lleven a una buena pista de todo esto. Trataba de no pensar lo que me costaría averiguar algo de todas estas personas, pues si para, simplemente, obtener sus nombres demoré alrededor de dos horas, investigarlas y buscar relaciones será aún más agotador. El primer nombre de la lista era un joven de veinticinco años llamado John Smith. Al parecer trabajaba como mecánico en un pequeño y poco conocido pueblo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Terminé de anotar lo último que averigüé de Alicia García en mi block de investigación. Sentía cada uno de mis músculos entumecidos por estar tantas horas sentado en aquel lugar y aún tenía ocho personas más que investigar. Levanté mis brazos sobre mi cabeza estirando toda mi espalda mientras vislumbraba el pequeño reloj de la pared enfrente mío notando como ya había pasado más de medio día y que era la hora de su almuerzo. Recién entonces se dio cuenta de que aquel lugar estaba casi vacío, incluso Amber se había retirado a comer. En parte se sentía algo traicionado por la chica ya que tenían la costumbre de ir a almorzar juntos pero no podía enojarse con ella.
