Wit bajó las escaleras pisando con fuerza cada escalón, cargando un montón de ropa con los dos brazos, al parecer no venía de buen humor.
Mientras tanto, Oku miraba la televisión mientras se comía la última rebanada de pizza que se había comido él solo. Está de sobra decir que ni se volteó hacia Wit.
-¿Oku...?
...
-Oku.
...
-¡Oku!
Ya harto, Wit le lanzó un calcetín en la cara a Oku.
-¡AAAAAAHHH! ¿¡Qué es ésto!?
Oku tomó el calcetín y lo tiró hacia un rincón.
-¡Asco, imbécil! ¿¡Qué tipo de porquería es ésta!?
-Tu calcetín.
-Pues lávalo o qué se yo, para que sirvas de algo.
Wit infló los cachetes, se puso rojo y le tiró la pila de ropa completa a Oku en la cabeza.
-¡Pero si yo soy el que siempre ordena y limpia todo en ésta casa, tarado! ¡Y al menos podrías ayudarme un poco recogiendo tu ropa y no dejándola toda desparramada por toda la habitación!
-Si, si, como sea, mañana lo hago.
-¡Pero si no estás haciendo nada!
-¿Cómo que no?
-A ver, ¿qué estás haciendo?
-Como pizza.
-¡Anda a cagar!
-Vamos, Wit, tragar y dormir es lo que hago, déjame ser.
-Una mierda... y... ni siquiera... me dejaste... un poco...
Wit bajó la mirada. Oku suspiró cerrando los ojos.
-Está bien... toma.
Oku le extendió la caja de pizza. Wit miró la caja vacía por unos segundos.
-¿Qué?
-Raspa el queso.
-¡MUÉRETE!