Precisamente tú.

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Prólogo.

Holaa, yo esta historia ya la había subido, o al menos un par de capítulos, pero como me van a publicar otra y me dijeron que no podía subir las demás la quite. Pero como esta historia no me importa no publicarla, aquí la dejo. Si me dejaís algún voto o comentario yo seguiré subiendo. Bss

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-¿Cómo te llamas?-Pregunta con la chica observándole con una sonrisa. Él solo le dedica una mirada, parece como si no le importará que le estuvieran haciendo una entrevista.

-Borja.-responde con una voz grave y sin mirarle a los ojos a la persona que tiene ante sus ojos.

-¿Cuántos años tienes?

-16.

-¿Cuándo es tú cumpleaños?

-13 de junio.

-¿Por qué crees que debería escogerte?

-No creo que debas escogerme.

-¿Por qué crees eso?

-Porque mi vida no vale para nada.-es su única respuesta. La chica se siente extraña, después de haber hecho las mismas preguntas demasiadas veces, alguien le sorprende con su contestación, haciendo que su decisión sea irrevocable. Cada vez que hacia esa pregunta, los chicos le respondían esperanzados y ella se moría por dentro al ver que tanta gente había sido abandonada, pero nadie, hasta este chico, le había dicho eso: “Porque mi vida no vale para nada”, por una vez en ese día, o quizás tal vez en toda su vida, se había identificado con una persona. Alguien, se había sentido igual que ella.

-Puedes irte, Borja.-el chico de ojos azules, pelo castaño claro, guapo y fuerte que tiene delante, se levanta y ni si quiera vuelve la vista al salir. La chica se levanta con él y va al despacho donde se encuentran sus padres.

-Señorita, todavía quedan chicos a los que puedes entrevistar.-la interrumpe una mujer rubia y de ojos claros.

-No, gracias, ya me he decidido.

-¿Está segura?-ella asiente y le dedica una sonrisa a la joven mujer que está delante. Camina por los pasillos de madera, las paredes son de un soso beige, aunque también pueden ser de un blanco algo oscuro, realmente ella no lo sabe, pero tampoco es que le importe mucho el color de las paredes. Con la escasa claridad del lugar le resulta imposible adivinarlo. Toca tres veces en la imponente puerta que tiene en frente, y un seco: pase, le hace adentrarse en el lugar. Su madre, una mujer de pelo rubio, ojos marrones y nariz respingona la mira con una sonrisa en los labios.

-¿Ya te decidiste?-su padre se gira en ese momento y se sienta en el regazo de su madre, mirándola a los ojos.

-Sí, se llama Borja.-la madre superiora observa a la muchacha con horror y hace con un moviendo de la mano  que sus padres salgan del lugar.

-¿Estás segura de esa elección? Es el que más problemas da, no quiere vivir.- le mira a los ojos con pena en la mirada.-Dudo que alguna vez haya sonreído, y tú te ves una muchacha muy alegre.

-Lo primero, si estoy segura, jamás he estado tan segura con algo en toda mi vida.-le sonríe y sigue hablando.- Con lo de los problemas me lo imaginaba, no se ve un chico muy tranquilo, pero su respuesta me sorprendió.

-Seguramente es la que da siempre, como he dicho, no quiere vivir.

-Ya somos dos.

-¿Qué dices, niña? Tienes unos padres maravillosos, una casa, comida… ¿Qué más quieres?

-No lo sé, simplemente nunca he sido muy feliz, me he sentido diferente por diversos motivos, por eso lo elijo a él, porque es el único que podría llegar a alcanzar la felicidad al mismo tiempo que yo.

-No te entiendo muy bien, pero de acuerdo, solo ten cuidado con su temperamento, tiene un fuerte carácter.

-Entonces se parece algo a mí.-la anciana monja le dedica una sonrisa y empieza con los tramites de la adopción. “Por fin no voy a estar sola y voy a tener a un hermano que me va a ayudar” piensa ella.

Precisamente tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora