Día 4 (En una cita)

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Ship: Griaronica (Griamore x Verónica)
Tipo: One-shot

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Como de costumbre la segunda princesa de Liones se encontraba entrenando con su espada junto a su guardia personal, era algo que hacían a diario juntos aunque a la chica le comenzaba a aburrir un poco que el caballero jamás la invitara a hacer otras actividades, sabía sus sentimientos eran mutuos pero él era increíblemente distraído.

— Oye... Griamore —. Habló la princesa.
— ¿Ocurre algo? Princesa Verónica —. Dijo con formalidad pero una tenue sonrisa el pelinegro.
— ¡Ya te dije, si estamos solos no me llames así! — regañó la de obres marrón. — Bueno dejando eso de lado... ¿Tienes planes hoy?

Verónica no pudo evitar sonrojarse al decir aquello, no podía creer que ella estuviera dando el primer paso, aunque si lo pensaba bien el pobre muchacho había pasado por mucho y era obvio que tuviera miedo a muchas situaciones.
— Lo siento, V-verónica. — con nerviosismo le respondió. — Iba a beber con Gil y Hawzer. ¡Pero mi prioridad es usted! Si quiere que la acompañe a algún lado yo... — Dejo de hablar luego de caer en cuenta de las vergonzosas palabras que estaba diciendo.
— Esta bien. ¿Podemos ir al festival que habrá hoy en el reino? — De forma alegré dijo la princesa dirigiéndole una sonrisa amable que combinaba con aquel tono rosado de sus mejillas.
Para Griamore ver sonreír de esa forma a la mujer que amaba era lo más hermoso que podía presenciar, así que guardo muy claro en su mente aquella sonrisa.
— Esta bien vayamos juntos —. Respondió completamente feliz el muchacho.

Pasaron unas cuantas horas donde tuvo que explicarle a sus amigos el por que no iría con ellos, como era de esperarse se burlaron de él y entre risas le mencionaban la bonita pareja que hacían ambos, sin embargo el negó. Siempre decía lo mismo, la princesa que reinaba su corazón jamás sentiría lo mismo que Griamore, ella era inalcanzable a sus ojos.
Por su parte Verónica se arreglaba lo mejor que podía, quería que su caballero mirará hacía donde estaba y se diera cuenta cuan enamorada estaba de él.
— Ya está. Si no se me declara hoy mismo seré yo quien lo besé para que se de cuenta... Ese tonto descerebrado... — dijo mientras ponía un poco de tinta roja en sus labios.
— ¿Iras a ver a Griamore? — Preguntó desde la puerta su hermana mayor.
— ¡M-m-...margaret! ¿Cuándo? ¿Desde a que horas estás aquí? — Dijo completamente sorprendida y con un gran sonrojo Verónica.
— Lo suficiente como para oír lo que sientes —. Con calma típica en ella, la primer princesa respondió. 
— N-no te vayas a burlar... — la muchacha de cabello fucsia escondió su rostro completamente sonrojada.
Margaret solo le sonrió de manera amable, luego de eso la ayudo a ponerse más hermosa con el objetivo de lograr que su hermanita por fin viviera aquel sentimiento tan hermoso que ella ya experimentaba.

Había llegado la hora de reunirse afuera del castillo, ambos llegaron muy puntuales.
Griamore fue sorprendido ante lo hermosa que se veía la chica, aunque a sus ojos ella siempre fuera lo más lindo que había visto, esta vez realmente había echo que su rostro se pusiera rojo al mirarla directamente.
Luego de muchos halagos recibidos de su caballero, Verónica lo jaló casi arrastrándolo a donde iba a ser el festival, aquella acción fue echa por que ella realmente se sentía avergonzada por las palabras de su protector, es que ella no sabía que el la veía como una chica hermosa. 

Cuando llegaron recién estaban muy tranquilos, sin embargo esa no era su forma de actuar, ellos siempre participaban en juegos y batallas pero esa inseguridad de sobre si sus actos estaban bien a los ojos del otro no permitían actuar como normalmente.
Verónica mando al diablo esa pena de princesa que buscaba recibir todo, miró de reojo a su acompañante y al cruzar sus miradas ella sonrió para él. Tomando su mano corrió hacía un lugar donde rompían cosas con martillos, el que logrará romper el objeto más duro sería el que ganaría un premio, obviando que la princesa iba a participar todos los hombres la miraban con burla y Griamore se molestó ante ello, inevitablemente siempre que la princesa hacía esas actividades la miraban de forma inferior, por suerte ella siempre les callaba.
Ese día no era una excepción, Verónica logró ganar el premio mayor, una espada de alta calidad y veinte monedas de oro.
A la de ojos marrón le agradaba cuando su dulce caballero la miraba de esa forma, cuando sentía orgullo por sus hazañas y le regalaba una sonrisa mientras le acariciaba la cabeza. 

Luego de pasar toda la tarde entre puestos de comida y juegos, decidieron sentarse en una banca que se encontraba cerca de una fuente.
— Me divertí mucho — dijo la princesa de repente.
— ¡Fue uno de los mejores días que he pasado! — respondió rápidamente el pelinegro con tono muy animado.
— ¿No crees que estarías mejor con tus amigos? — en un hilo de voz dijo cabizbaja.
— Probablemente ellos dos estarían completamente borrachos y Gilthunder hablaría de lo genial que es Margaret, mientras Hawzer se lamentaría por su mala suerte en el amor —. Río al imaginar la escena con sus compañeros, aquella risa contagio a su princesa que igual se hacía una imagen mental de ellos.

El frío aire comenzaba a soplar y con eso la chica comenzó a estornudar, sabía que fue mala idea traer un vestido con escote. Sorprendida notó como el caballero ponía su saco sobre sus hombros, ella volteó a verlo con sorpresa y el solo sonrió.
— Deberíamos regresar antes de que enferme —. Dijo Griamore con cierta preocupación.
La chica hizo un puchero indicando que no se quería ir por lo cual el más alto solo suspiro resignado.
Los fuegos artificiales habían comenzado e ambos miraban con felicidad.
— Aún tengo frío —. Comentó Verónica quien sorprendió a Griamore cuando se acerco logrando meterse bajo su brazo para cubrirse.
Completamente sonrojado el pelinegro miró a su princesa, decidió tomar un poco de valor y tomó entre sus brazos a la muchacha mientras la sentaba en sus piernas. Abrazándola delicadamente esperó alguna señal de que ella no estaba molesta por su acto, entonces llegó, la segunda princesa correspondió el abrazó de él.
— Princesa... No, digo. Verónica, quiero que sepas algo... Quiero decir que tu eres lo más importante para mi. Eres lo más preciado.

Ese shock momentáneo que sufrió la chica fue roto por un beso en la frente de su adorado caballero, ella sonrió con sus mejillas teñidas en un carmín ligero.
— Tu también, lo eres para mi. Mi querido Griamore.

🎆Fin.🎆 

Dedicado a user11747453
Esperó te guste :D

30 Days OTP (Nanatsu no Taizai) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora