30 Days OTP (Nanatsu no Taizai)

Día 8 (De compras)

Ship: Gilgaret (Gilthunder x Margaret).
Tipo: One-shot
Temática: Confort

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Se desplazó por las orillas del castillo, buscando evitar a todos los guardias que estaban dentro. Gracias a las habilidades que había adquirido logró saltar de las escaleras hacia una ventana, sin embargo término colgando en la orilla de esta, con claros problemas estaba.
— ¡Princesa Margaret! ¿Qué hace ahí? — Escuchó una voz que logró exaltarla haciendo que se soltará. Soltó un grito ahogado esperando el impacto doloroso que recibiría. Ese golpe aparatoso nunca llegó, al contrario, sentía unos brazos que la sostenían de manera firme.

— Margaret... ¿Te hiciste daño? — Preguntó Gil con preocupación.
— Gil... Gracias pero, no le digas a nadie lo que pasó, ya que se preocuparán —. Aún con el pulso acelerado trató de hablar tranquila.
— Tu cuerpo aún sigue débil por la guerra que enfrentaste, no deberías hacer locuras.

No era un secreto que fue poseída por Ludociel, uno de los arcángeles de echo el de más alto rango. Todo esto sucedió cuando Margaret ya completamente desesperada por la desaparición de su caballero más querido, ella decidió buscarlo y el arcángel le ofreció ayuda a cambio de utilizar su cuerpo como recipiente.
Antes de que terminará la guerra fue abandonado su cuerpo aún con vida y por eso ahora estaba a salvo aunque su cuerpo estaba débil, por eso se pasaba la mayoría de tiempo en su habitación solo se le permitía salir acompañada.

— Nunca pensé utilizar los métodos de mis hermanas — rió por lo bajo mientras lentamente bajaba de los brazos de su amado.
— Es cierto, nunca habías sido tan impulsiva —. Gil le dedicó una sonrisa. — Pero dime, ¿A dónde pensabas ir?
La princesa solo le dedicó otra sonrisa, él la había descubierto así que no tenía otra opción que contarle.
— En una semana será el cumpleaños de Elizabeth, quería comprarle algo esta vez... — confesó la chica de cabellos lilas.
— Si me lo hubieras pedido desdé el inicio, no hubiéramos tenido este gran susto — habló en un tono más serio pero con un deje de preocupación lo cual notó inmediatamente la princesa.
Abrazó a Gil sorprendiéndolo pero éste le correspondió al instante.
Ella se estaba disculpando con ese acto, no era que no tuviera la capacidad de no hacerlo, era que no se disculpaba a menos que se arrepintiera. Lo importante que eran sus hermanas y lo mucho que deseaba darles un presente cuando era sus respectivos cumpleaños, obviamente no quería disculparse por algo así.
Gil entendía perfectamente así que solo le dijo que iría con ella para que no le pasará nada y así asegurarse de su bienestar.

Pasaron toda la mañana buscando un regalo adecuado para Elizabeth y sin embargo debido a los notables cambios que tenía en personalidad, no era muy fácil atinar sobre algo que ella realmente quisiera ahora.

— Esto de regalarle algo a ella es muy difícil... — Comentó el caballero con notable agotamiento.
— Es una tarea dura — respondió igual de cansada. — ¿Y si tomamos un descanso?
— Te tomó la palabra, Margaret.

Tomaron descansó en un establecimiento de comida, ahí pidieron dos tés, todavía trataban de descifrar ese difícil enigma de que le regalarían a la tercer princesa.

— ¿Que tal si le preguntamos a Meliodas? — De la nada preguntó Gil.
— No creo que eso sea bueno. Si él tiene una idea, será lo que le regalara.
— Tienes razón, deberíamos seguir buscando ¿Cierto? — A pesar del cansancio que sentía, habló animado.
Ella asintió con aquel brillo que caracterizaban sus obres avellana y esa sonrisa llena de ternura que lo habían enamorado por completo hace tantos años.

Siguieron buscando, no era una tarea fácil y tampoco sería posible para ambos. Buscaron en puestos por separados y mientras la princesa miraba unos libros, logró divisar al caballero que parecía estar comprando algo, eso despertó su curiosidad y decidió ir.
Cuando la princesa estaba a punto de llegar, Gil escondió aquello que compró rápidamente.

— ¿Encontraste algo? — Preguntó Margaret.
— ¡Mira! ¿Qué opinas de aquel? — Señaló un hermoso dije de plata que parecía tener grabada la figura de un dragón con unas incrustaciones de esmeraldas.
— Es muy lindo. Me recuerda algo, de echo —. Respondió con  complicidad.

Luego de decidir que ese sería lo que le regalarían a Elizabeth, lo pagaron y decidieron regresar al castillo. La princesa se veía algo agotada luego de tanto ajetreo así que Gilthunder la llevó en su espalda todo el camino.
Margaret tenía mucha curiosidad por saber que había comprado, tal vez también sería un regalo para su hermana, sin embargo aún no se calmaba.
— Gil, disculpa las molestias. ¿Me puedes llevar a lo más alto de la torre?
— Está bien, vamos. — Al principio se sorprendió por la petición pero pensó que era una buena oportunidad.

Cuando estuvieron ahí arriba divisaron la grandiosa vista que presenciaban, ese paisaje de atardecer parecía más una pintura de un gran artista que un paisaje normal.

— Margaret... Deseaba decirte algo de suma importancia luego del cumpleaños de Elizabeth, pero ya no puedo esperar mucho.

Su rostro se había puesto un poco rojo y era normal.
— Dime Gil —. La chica trato de brindarle seguridad.
— He estado mucho tiempo sin ti, tantos días llenos de agonía y decidí que si los dioses nos dieron otra oportunidad... Yo quiero pasar toda mi vida a tu lado, unido a ti.

Él le entregó el anillo colocándolo en su dedo anular. Era un anillo muy lindo, era de plata con incrustaciones de diamante.
— Yo también quiero pasar toda mi vida a tú lado... — No podía con la emoción de ese momento así que sus lágrimas comenzaron a salir de sus ojos. Ella se abalanzó a sus brazos, completamente feliz, se sentía tan afortunada que no deseaba nada más.
Cuando el atardecer cayó por completo, ambos compartieron un dulce beso, sellando ese mágico momento.

Fin. ❤👑💜🌸

El Gilgaret es la pareja que más mal la ha pasado en todo NNT *Coloca un cartelito de "cambia mi opinión"*

¿Saben que me emperra? >:v que no hay casi nada de material sobre ellos dos alv.

Pd: Les he contado mi teoría de la muerte de Margaret? :v

*c muere*