Día 10 (con orejas de animales)

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Ship: Melizabeth (Meliodas y Elizabeth)
Tipo: One-shot
Temática: Au
Capítulo dedicado a: garita234
Para agradecerle sus votos y comentarios :3 💜

★★★★★★★★★★★★★★★

Una de las princesas de Liones se dedicaba a recolectar algunas flores en las afueras del reino, no le gustaba estar dentro del castillo todo el tiempo así que regularmente salía a hacer lo anterior mencionado todos los días.
Estaba algo distraída ya que su padre le había mencionado que era hora que sus hijas tuvieran un prospecto para el matrimonio, es decir sus dos hermanas mayores ya tenían a sus respectivos prometidos y sin embargo ella no se había dado a la tarea de buscar a alguien para pasar el resto de su vida, seguir pensando en aquello hizo que sin querer pisara mal una piedra y cayera de forma aparatosa.
— D-dolió... — Se quejó. — ¿Eh? ¿Qué es eso? — Logró divisar un pequeño bulto muy cerca de ella, cuando se acercó pudo ver a la cosa más linda que ella había visto en su vida, inclusive sus ojos brillaron con alegría y asombro al ver a ese pequeño niño gato que yacía en él pasto.

— Pequeño... ¿Estás bien? — intentó despertarlo con aquellas palabras, cosa que logró ya que la pequeña criatura la volteo a ver con curiosidad.
— Meow... — maullo el pequeño de forma adorable.
— No hablas... ¿Eh? — la princesa lo tomó en sus brazos. — Yo me llamo Elizabeth, y de ahora en adelante te voy a cuidar —. Le sonrió de forma amable para luego abrazarle con mucho cariño. El niño gato solo la miro con curiosidad y lamió su mejilla provocando que Elizabeth soltará una risita.

Luego de enredar al pequeño felino en un pañuelo que ella traía en la cabeza, se dirigió al castillo para que ese pequeño que había aparecido frente a ella, estuviera bien y obviamente lo alimentaria, era un poco extraño pero fue como amor a primera vista ya que deseaba estar con él siempre.
Cuando llegó al castillo entró a su habitación rápido, dejo al pequeño en su cama, aún dormía y aprovecho eso para bajar a la cocina por un poco de leche y pescado. Nuevamente se dirigió a su habitación pero esta vez se topó con una de sus hermanas, la princesa Verónica.
— Eli... ¿Qué haces con esas cosas? — preguntó extrañada.
— Emmm... yo este, tenía hambre —. Intentó mentir pero era muy mala para eso ya que su nerviosismo la delataba.
— Estas ocultando algo, ¿Cierto? — dijo de manera autoritaria la mayor. Elizabeth solo asintió apenada e invitó a su hermana a pasar.

La segunda princesa vio a la criatura con cierta expectación, pero no parecía de su agrado es más veía a su hermana con cara de ¿es en serio? 0ero esta estaba más ocupada dándole de comer al pequeño.
— Parece algo hostil... — dijo Verónica luego de acercarse y ser rechazada por un manotazo del gatito.
— Pues para mi no lo parece —. Dijo con alegría la albina mientras lo cargaba para darle un abrazo.
— ¿Y te lo quedarás? — Preguntó la muchacha ante la escena tan cursi de su hermana emocionada por ese ser.
La tercer princesa ignoró las preguntas de la mayor pues se concentraba en buscarle un nombre a su pequeño acompañante. — ¿Que tal si te llamó Meliodas? — dijo de repente. Recibió una mirada curiosa y luego un maullido.
— Esta decidido, seras Meliodas.
Meliodas se acercó más a su rostro y lamió la comisura de sus labios a lo que ella sonrió muy alegre.

Eso es un sí a mí pregunta —. Dijo Verónica que era ignorada por su hermanita, parecía que ya había alguien que robaría toda su atención.

————————————————

Habían pasado unos meses desde su encuentro con el pequeño Meliodas y aunque no sabía muy bien que era o de donde provenía, ya lo adoraba demasiado. Su padre le dio permiso de conservarlo ya que ella jamás le pedía nada y la vio tan feliz que no pudo negarse, aunque eso no significaba que no tenía que empezar a buscar a alguien con quien casarse.

— ¿Por qué tengo que buscar prometido? — con un tono de tristeza dijo a la nada —. Mis hermanas siempre tuvieron a quien las quería... Y yo...
— Eli... meow... — se escuchó muy cerca de su oído.
— ¡Meliodas! — lo abrazo mientras se recostaba en la cama.
Hace un tiempo el niño gato había aprendido a decir su nombre y era algo que ella adoraba oír.
— Si pudiera le diría a mi padre que me casaré contigo —. Bromeó Elizabeth ya que sabia el pequeño no le entendería.

Ese día era la fiesta de compromiso de su hermana mayor Margaret quien se casaría con uno de los caballeros más fuertes e importantes del reino, Gilthunder, aunque esa no era la razón del posible matrimonio si no que ambos se amaban mucho ya que se conocían desde niños.

La tercer princesa bajo al salón de fiestas donde se encontraba el banquete que se había preparado para tal evento, ella llevaba consigo a Meliodas ya que no quería aburrirse en la fiesta.

Los invitados la veían extrañados ya que mientras sus hermanas estaban con sus prometidos, ella estaba con aquella criatura

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Los invitados la veían extrañados ya que mientras sus hermanas estaban con sus prometidos, ella estaba con aquella criatura.
La pareja que celebraba su compromiso se acercó a la princesa y a su acompañante.
— Elizabeth, pensé que no venderías — dijo Gil. — Veo que trajiste a Meliodas.
— No me podía perder su fiesta —. Le dedicó una cálida sonrisa a la pareja. — Traje a Meli para que no estuviera sola.
— Terminarán casándose tú y el gato —. Comentó divertida la princesa mayor mientras acariciada al pequeño niño gato.
Los tres rieron ante tales palabras y es que era algo cierto que Elizabeth no era buena para estar cerca de los hombres y no tenía ningún pretendiente gracias a su poca atención en los muchachos que llegaban a intentar algo con ella.

La fiesta término algo ¿rara? Ya que a todos los que ese día se intentaron acercar a Elizabeth, eran atacados por el salvaje gatito y aún con eso la princesa no dejo de verle como una criatura adorable.

Eli fue a dormir y como siempre su fiel acompañante la siguió, subió a la cama y se acostó a un lado de la princesa.

Eli fue a dormir y como siempre su fiel acompañante la siguió, subió a la cama y se acostó a un lado de la princesa

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— Meliodas. No deberías ser tan agresivo, promete que ya no lo serás —. Aún cuando intentaba parecer seria, solo se veía tranquila ya que esos hermosos obres esmeralda tenían cautivado su corazón.
Meliodas solo se limito a maullar animado y lamer el rostro de su ama quien reía.
— M-me me haces cosquillas.... — dijo Elizabeth entre risas.

Aunque no supiera nada sobre el origen de su dulce Meliodas, estaba más que fascinada por su mera existencia y deseaba tenerle cerca el resto de su vida.

Fin.

Hi my friends (/ouo)9

Estuve muy ocupada haciendo deberes y luego estuve tan cansada que no quise escribir :'v i'm sorry.

Tengo cierto cariño por este one-shot y quiero hacerlo un fic más extenso, ustedes que opinan?

Bueno nos vemos hasta la próxima actualización.

30 Days OTP (Nanatsu no Taizai) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora