Día 5 (Besándose)

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Ship: Artlín (Arthur x Merlín)
Tipo: One-shot
Temática: confort

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La mañana se acercaba y ella seguía en su laboratorio, jamás había presenciado un amanecer con detenimiento pero ahora tenía ganas de hacerlo, luego de recordar las alegres palabras de él. Arthur había dicho que ver un amanecer junto a la persona que más querías, era lo más preciado que se podía experimentar. En todo caso no podía decir que esa fuera la circunstancia perfecta, si estaba junto a quien más quería sin embargo él solo estaba en cuerpo físico ya que era posible nunca volviera escuchar sus palabras que la hacían sentirse viva, ni podría ver aquellos obres violetas que habían sido su esperanza por mucho tiempo.
La hechicera había puesto una magia en el cuerpo sin vida del rey de Camelot para que no se descompusiera, extrañamente era la primera vez que se negaba a las leyes de la naturaleza por alguien más que no era ella y eso lo hacía frustrante.
— Arthur... Juró que pronto te traeré. Después de todo, tú eres mi pequeña esperanza.

Mientras acariciaba los mechones del joven que yacía en una cama que había puesto en su laboratorio. Le dio un delicado beso en la frente y se fue, tenía muchas cosas que hacer e investigar pero de noche regresaría a su lado para estar con él, ese acto lo había repetido casi un mes entero.

Como prometió, en la noche volvió a su laboratorio donde se la pasaba en vela haciendo sus típicos experimentos. Cuando no tenía que hacer igual se la pasaba ahí contándole lo que pasaba en el mundo exterior mientras él se encontraba ahí sin poder abrir los ojos.

La guerra estaba detenida por un tiempo, ambos lados habían perdido una gran cantidad de miembros por lo cual intentaban planear estrategias mejores.

Últimamente Diane siempre la iba a ver con la excusa de ir por cualquier artículo mágico que los demás le pedían e incluso por aquellas pastillas que reducían su tamaño. Merlín era muy lista y sabía que había un motivo oculto tras sus visitas, probablemente no era nada malo pues se trataba de Diane, por mucho que aveces actuará de forma atrabancada, no existía malicia en su noble compañera.

— ¡Hola Merlín! He venido por que Hawzer-... Digo el caballero supremo me pidió que si le podías preparar dos ámbar de diosa —. La alegre gigante saludo a su compañera.
— Ésta bien Diane, lo enviaré cuando terminé —. Dijo con su típico tono serio.
— ¡No te preocupes! Esperaré hasta que termines... — Le dedicó una tierna sonrisa a la maga quien le miraba extrañada.
— ¿Cuál es el motivo de que vengas a diario? — Preguntó directamente a la castaña.
— E-eh... Bueno siempre vengo con peticiones, no debería extrañarte — respondió de forma torpe.
Merlín solo la miro con duda pero prosiguió a seguir trabajando en sus encargos hasta que la pequeña gigante volvió a hablar pero esta vez de forma desanimada.
— No quiero que estés sola, no después de que perdiste algo tan preciado para ti —. Confesó Diane mientras observaba a su compañera.
La hechicera se sorprendió ciertamente ante sus palabras, no eran muy cercanas a pesar de ambas pertenecer a los pecados capitales. Y aún así ella se estaba preocupando.
— Lo sé, no somos nada cercanas pero siempre quiero apoyar a mis camaradas tanto como pueda. Por eso no quiero que sientas soledad —. El pecado de la envidia volvió a hablar.
— Mi magia tiene consecuencias, viviré más que cualquier mortal que haya conocido. Es un precio bajo por todo lo que podre descubrir en el futuro —. Habló con cierta frialdad.
— Tu no querías perder de esa forma al rey Arthur. No importa si es parte del orden natural, jamás te acostumbras a vivir sin lo que más amas —. La gigante le dijo aquello con un tono triste. — Merlín disculpa si dije algo que te molesto. Volveré en la noche por el encargo. .

La gigante la dejo sola a la maga quien se sintió triste al oír las palabras de su compañera, aunque se sentía bien que la chica se preocupara, es que la única amiga que había tenido era Elizabeth y aunque la quería mucho, nunca había acertado tanto en como se sentía, no tanto como lo hacía Diane.

Cuando estaba dándole vueltas al asunto mientras recordaba las palabras de Diane, sucedió lo que más odiaba, sus lágrimas comenzaron a descender por sus pálidas mejillas. No lo admitió antes pero tenía miedo de perder a Arthur, aunque no entendían exactamente que sentía por él.
Se trasladó hasta donde estaba el pequeño rey y se abrazó a su cuerpo mientras sus lágrimas seguían cayendo.

— No... Llores.... Merlín... — la voz que la maga escuchó hizo que se sorprendiera mucho, más cuando sintió unos cálidos brazos rodearla.
— Arthur... — en un hilo de voz pronunció el pecado de la gula.
El muchacho separó un poco a su más preciada amiga y le dirigió una tierna sonrisa propia de él.
— Te preocupe mucho, ¿Cierto? — dijo en un tono de tristeza.
La pelinegra no creía lo que estaba pasado, aunque logró mostrar una sonrisa sincera ante su aprendiz.
Arthur se sonrojo al ver el gesto de su maestra, aunque gracias a lo mucho que estuvo lejos de ella fue que se dio cuenta lo mucho que la quería y no podía esperar más para hacerle saber lo que sentía.
Se acerco de manera torpe al rostro de Merlín quien no fue capaz de predecir lo que el muchacho iba a hacer y se quedo estática mientras Arthur le planto un beso ciertamente muy inocente.
— ¿Arthur? — confundida lo llamó para que le diese una razón de por que hizo eso.
— ¡Merlín! T-te a... Te amo —. Soltó haciendo que la maga se sorprendiera quedando conmociona, el rey aprovechó esto para plantarle otro beso con más confianza. Merlín abrazó a Arthur haciendo que se separara de sus labios.
— Que alegría. Estás vivo, Arthur.

Ese día ella durmió al lado de su preciado Arthur, ella entendió que era un error haber creado un vínculo tan fuerte, sin embargo solo deseaba estar el mayor tiempo posible con él, su pequeño rey, su esperanza y su persona más preciada.

💜Fin.👑

Dedicado a SaArDrupmx
Espero te guste :3/

30 Days OTP (Nanatsu no Taizai) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora