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Cierre:
Después de una ardua semana de ir y venir por culpa de las exigencias del Uchiha, Karin deseaba relajarse de tanto ajetreo y aprovechando el tiempo a solas, optó por darse un delicioso baño. Se quitó su habitual uniforme lila y se metió en la tina, relajándose.
El tiempo pasó volando y cuando estaba a punto de quedarse dormida sintió un chakra conocido, de un respingo salió del agua y corrió a vestirse. Había elegido su vestido favorito, pero en su frenesí por terminar, al subir el cierre notó con horror cómo simplemente se quedaba estático a medio camino.
- ¡Demonios, esto no puede estar pasando! – dijo la pelirroja intentando inútilmente moverlo. Escuchó los pasos acercándose a la puerta.
- Karin, nos vamos en cinco minutos, Jugo y Suigetsu nos esperan en los límites del bosque.- solo silencio. - ¡Karin! – una voz autoritaria resonó por la estancia.
- ¡Sí!
- Nos vemos en la... - interrumpiendo al líder del equipo Taka, Karin habló con un tono de pena.
- ¡Sasuke, necesito ayuda! – dijo desde el otro lado de la puerta. El pelinegro no dudó en entrar sin formalidades, haciendo que la joven se sonrojara al sentirse medio vestida ante el Uchiha. -¿Podrías, por favor? – mientras se volteaba, mostrando su espalda descubierta. Sasuke se quedó en una pieza y con un ligero movimiento de cabeza acomodó sus ideas y se acercó lentamente a la Uzumaki; tomó el cierre, fallando en su intento por no rozar con su piel. Al contacto, ambos sintieron un escalofrío recorrerlos. Apresuradamente, Sasuke subió el cierre, haciendo que la cara de Karin se pusiera tan roja como su cabello. Una vez terminada la tarea, el Uchiha salió del cuarto sin decir nada pero con una sonrisa imperceptible en los labios. -¡Gracias! – dijo en un susurro la pelirroja.
