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¡Por supuesto que no me gusta Karin, para nada!
Estoy rojo de furia.
A mí no me gusta nadie, no tengo tiempo para desperdiciarlo en tonterías, solo vivo para completar aquello que una vez me prometí.
-A caso te has mirado al espejo Sasuke-kun
-No molestes.
-Karin-chan está tomando forma.
-...
-¿Cres que acepte si la invito a dar una vuelta, por ahí?
-¿Por ahí donde?
-Creí que te daba igual...
-Es así.
-¿Es verdad?
Yo también me preguntaba lo mismo, es que fue totalmente extraña la sensación de querer golpearlo en el momento en el que me dio a entender que miraba a Karin con otros ojos.
Estúpido pervertido, seguramente miraba las curvas que se empezaban a ver en su cuerpo.
«¿Y se supone que tu no eres un pervertido? O de otra forma, ¿Cómo es que has notado, esos cambios?»
¡Oh! ¿Mi consciencia de qué lado esta?
-Sasuke... ¿estás bien?
-No me gustas...
-N-No entiendo-
-No eh mirando nada sobre tus piernas esbeltas, o ese short ajustado que te-
-Ah sí que no te gusta Karin, ¿eh?
-Piérdete, Suigetsu.
-¡Oh! ¡Los tortolitos quieren estar solitos!
-¿Tortolitos? No hace mucho dijiste que-
-¿Quería invitar a Karin, a dar una vuelta? -asentí confuso- en realidad, yo solo quería ver tu reacción.
-¿¡QUE!?
-¡Que ya me tienen harto! ¿Por qué no se dicen de una vez por todas, lo que sienten?
Era el momento más bochornoso de toda mi corta mi vida.
-Karin, le gustas a Sasuke. Sasuke, le gustas a Karin. Bien ahora pueden besarse. Y yo me largo.
-Lo que dijo Suigetsu, yo no-
Esperé a que Suigetsu desapareciera y la besé. Después de todo creo que ya sabía que me gustaba, solo que no lo aceptaba por el temor de que, a ella, le fuera indiferente.
