Precuela de "Mil años de espera"
La historia revela los escritos de Seiya Kou en un diario durante la temporada "Stars".
Serena, siete años después, logra leer y comprender en profundidad los sentimientos de Seiya.
Serena a esas alturas, ya era pr...
Nota Autor: Lo prometido es deuda. Les traigo el primer capítulo de "El diario de una estrella", la fecha en que publicaré la historia será el 17 de agosto, cuando ya tenga el final escrito, pero quise entregarles un adelanto, por ser 30 de julio, el cumpleaños de nuestro amado Seiya.
Gracias por su apoyo en este período en que estuve ausente, significa mucho para mí.
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Sailor Uranus corría a gran velocidad entre los arboles de un frondoso bosque de los alrededores del reino de Tokyo de Cristal.
— Creo que estamos cerca, Uranus. —dijo una angustiada Sailor Neptune, quien corría junto a ella.
— Siento que su resplandor se debilita, hay que encontrarlo pronto. ¿Tu espejo no muestra nada más? —preguntó Uranus con preocupación.
— ¡Espera! —pidió Neptune, deteniéndose de golpe.
Uranus se detuvo y se giró para observar a Neptune, quien comenzó a caminar lentamente hacia un arroyo que pasaba casi desapercibido a causa de la espesa hierba que crecía a su alrededor.
— ¡Lo encontramos! —afirmó Neptune con los ojos llorosos.
Uranus apresuró el paso, pudo observar a un hombre moribundo con la mitad del cuerpo dentro del arroyo y el resto cubierto con el cesped.
— ¡Taiki! ¡Taiki! ¡Por favor, abre los ojos! —pidió Uranus, moviéndolo para que reaccionara.
Neptune acercó su espejo al rostro de Taiki, Uranus la imitó y acercó su espada. Ambos talismanes comenzaron a brillar, un resplandor que salió de ellos, envolvió el maltratado cuerpo de Taiki por varios segundos.
— ¿Crees que bastará? —preguntó Uranus, una vez que el resplandor se disipó.
— Para que se recupere por completo no lo creo, pero al menos recuperará la conciencia. —respondió Neptune, sin quitarle la vista a Taiki.
Ambas guerreras observaban al joven tendido en el suelo, se veía herido de gravedad. De pronto, comenzó a abrir los ojos lentamente, pestañeó varias veces, hasta que pudo ver con claridad a ambas Senshis.
— ¿Lo... lo he logrado? —preguntó con un hilo de voz.
— Estás a salvo ahora... ¿Qué te ocurrió? ¿Quién te hizo esto? —preguntó Neptune.
Taiki suspiró aliviado al darse cuenta de que estaba en el planeta Tierra, dibujó una sonrisa en sus labios y perdió el conocimiento nuevamente.
— Hay que llevarlo a casa, debemos cuidar de él hasta que se recupere y nos cuente qué le ocurrió. —sugirió Uranus, intentando levantar el pesado y maltratado cuerpo de Taiki.
— Tengo un mal presentimiento... él nunca estaría solo. ¿Qué ha ocurrido con sus compañeros? —se preguntó Neptune.
— Si él logró llegar en estás condiciones a nuestro planeta, imagino que las noticias que porta no son nada buenas. —dijo Uranus con resignación.
