7. Sorpresa 2/2

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— Después de dos largos años nos volvemos a ver, Francisco. Puedo ver qué la vida en Estados Unidos te hizo un gallo duro. — Decía el gallo albino refiriéndose al ojo hinchado de su primo, este inmediatamente captó la referencia obligandole a cubrir su rostro de la vergüenza.

— Oh Chuy, no puedo creer que estés aquí. ¿Cómo? ¿Porque? — Decía el gallo de plumas naranjas mientras miraba de pies a cabeza a su primo, se miraba tan refinado y tan elegante, el hombre de negocios perfecto, todo lo que su padre deseaba para él.

— ¿Porque mejor no nos sentamos? El viaje de Jalisco para acá fue algo agotador para mí, ni hablar de tener que pasar el tiempo con esa mujer fastidiosa. Toma asiento, hermano. — Chuy tomó asiento en una de las mesas del comedor seguido de Panchito.

— Francisco, tienes que volver a México.— Los ojos rosados de Chuy se clavaban en los de Panchito.

— No. —

Chuy acomodo sus plumas después de esa respuesta, el conocía a su primo como la palma de su mano, sabía muy bien que no sería fácil convencerlo. Soltó una pequeña sonrisa para avivar las cosas.

— Hmm, al parecer los americanos te hicieron más terco de lo normal. — Observaba a su primo, podía notar como las plumas se me erizaban.

— Cuando me fui de ese lugar se me dijo que jamás volviera, ¿porque lo haría ahora? No me necesitan para ese estúpido negocio. — Dijo el gallo de plumas rojas mientras volteaba la mirada a su lado derecho pensando en todas esas nefastas experiencias en ese lugar, mordió su lengua para mantenerse firme.

— Tu sabes más que nadie que nunca te obligaría a hacer algo que no quieres, pero está vez es algo importante, no es cualquier cosa. —

— ¿Que es entonces? ¿Que es tan importante para que vuelva a ese lugar? —

Ambos guardaron silencio por un par de segundos, largos segundos que apretaban más el ambiente. Chuy aclaró su garganta sin antes tomar un respiro.

— Francisco, son malas noticias. — Dijo Chuy entrelazando sus dedos acompañado de ese tono de voz tan serio que siempre le caracterizó.

— ¿Malas.. noticias? — Panchito se encontraba muy confundido, su mente aún tenía mucha información que procesar, lo sucedido con José, Rosinha y la inesperada visita de su querido primo. Su cerebro no era capaz de tratar más información.

Pedro tomó una bocanada de aire antes de hablar, soltó el aire con cuidado en un suave bufido para así tomar la mano de su primo con delicadeza.

— Francisco, mi tía... tu madre cayó en cama, está muy enferma. —

Hubo un largo silencio.

— ¿... Qué? — Decía en un tono tembloroso.

— Todo empezó con una pequeña gripe pero se extendió por mucho tiempo empeorando cada vez más hasta que terminó en cama... — Pedro procuraba usar palabras lo suficientemente cuidadosas y suaves para no afectar mucho a su querido primo.

— ¿...A que quieres llegar? — Preguntaba con una voz quebrada y afónica, estaba incrédulo por lo que oía, no podía creerlo.

— Es posible que tu madre tenga cáncer de pulmón. — El gallo albino seguía acariciando la mano del contrario, jamás fue bueno consolando pero hacía un esfuerzo especial para Panchito. Se sentía horrible tener que ser el que le diera la noticia, pero si el no lo hacía este jamás se enteraría.

El corazón roto de Panchito terminó por hacerse pedazos, apretó sus ojos con fuerza para evitar que las lágrimas salieran de sus ojos a pesar de que ya no le quedaban lágrimas para llorar. No sabía que hacer, muchas preguntas le llegaron a su mente.

Esclavo   ̶L̶u̶j̶u̶r̶i̶o̶s̶o̶ ̶ ̶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora