Señas de amor

4

—No sé por qué no te busque antes aquí— Derek tomo asiento al lado de su tío. — A todos nos duele que Stiles ya no este aquí pero ya pasaron 4 años, no es sano que sigas viniendo todos los días aquí.

—No estamos seguros si de verdad está muerto.

—Peter encontramos su olor en la camioneta incendiada, también encontramos cosas cerca del incendio. Todo tenía su olor.

—Cállate. — murmuro Peter con rabia. Detestaba que todos aceptaran con tanta facilidad que Stiles murió en un extraño incidente un par de semanas después de que desapareció.

—Sé que Stiles te agradaba mucho pero tienes que comenzar a darle fin al luto que le estas dando.

—Tú no lo entiendes. — Peter dejo otra flor junto a otras que estaban en el lugar donde habían encontrado la camioneta calcinada.

El lobo zombie seguía destrozado deseando así la muerte cada vez más pero un destello de esperanza se lo impedía porque su corazón le decía que el castaño aún estaba vivo.

>> —No soy bueno para ti. — Peter acaricio la mejilla del humano con tanta delicadeza que Stiles logro sentir un escalofrío.

— ¿Porque todos creen que saben que es bueno para mí?— le pregunto Stiles. — No me importa que la manada no lo apruebe.

—No es solo eso. — Respondió Peter con una mueca, de verdad detestaba no ser más joven. — Quiero lo mejor para ti. — entonces Stiles lo beso, el mayor se sorprendió pero no logro apartarse así que terminó correspondiendo el beso, casi se sentía como si fuera el único que iba a haber entre ellos. <<

Ese mismo día pero hora más tarde se encontraba el joven humano tratando de evadir al alfa de la manada Welsh y lo logro gracias a que Phoenix el hermano menor de Alexander le dijo a el que necesitaba ayuda del humano para estudiar el bestiario.

—Creí que Patrick era el que te ayudaba a estudiar el bestiario. —Comento Stiles tomando asiento con Mick en sus brazos.

—Sé que Mick no escucha. —le dijo con sus grandes ojos verdes tan característicos de los Welsh. Stiles lo miro con un gesto de horror y su corazón comenzó a latir desesperadamente. — La habitación es insonora. —le dijo para calmarlo. —Nadie me escucho.

—No le digas a Alexander. —las palabras salían atropelladas de su boca debido a angustia. —Phoenix por favor no se lo digas.

—Tranquilo Stiles no diré nada. —sacudió los cabellos rojos de su sobrino. —Sabemos lo que pasaría si Alex se entera. —hizo una mueca triste, él amaba a su hermano pero reconocía que era un verdadero monstruo. —Cuando te vallas de aquí... ¿Aun me dejaras ver a Mick?

—Mick y tú nunca dejaran de ser familia. —Stiles le sonrió con calidez a su cuñado para tratar de que dejara de pensar que lo apartara de la vida de Mick, los demás de la manada apreciaban al cachorro pero solo Phoenix había demostrado tenerle cariño de verdad. —Eres un gran tío para Mick y lo serás para el cachorro que viene en camino.

— ¿Estas...? — la cara de Phoenix era de una mezcla de sorpresa y alegría. — Mierda, no puedes seguir aquí. —su gesto se transformó en tristeza y al parecer Mick logro notar el cambio de aroma en el ambiente porque se bajó de los brazos de Stiles para ir a los brazos de su tío. El pequeño le dio un abrazo y luego jalo de la camisa del adolecente para que este le pusiera atención.

—Phoenix. —le volvió a llamar con su usual voz ahogada, señalo con sus manos toda la habitación y luego levanto ambos pulgares.

El lobo lo miro confundido y luego su vista se dirigió a Stiles buscando una explicación o más bien una traducción.

—Dice que todo está bien. —le dijo el humano aun sabiendo que nada estaba bien pero no angustiaría a su pequeño más de lo que Alexander no lo atormenta.

—Te extrañare cuando ya no estés aquí. —Phoenix lo abrazo aún más. — En una semana será mi cumpleaños 17 ahí podemos ayudarte a escapar todos estarán distraídos con la celebración.

—Qué pasa si Welsh se entera, no puedo dejar que nos lastime.

—Si es necesario...—Phoenix suspiro y trato de hablar pero las palabras no salían tan fácil. —Matare a mi hermano si es necesario.

—Phoenix no puedo dejar que hagas eso. —a Stiles se le hizo un nudo en la garganta, no porque Alexander no se lo mereciera, más bien porque no quería que un adolecente marcara su vida por asesinar a su propio hermano.

—No podemos seguir bajo la tiranía de Alex. — hablo molesto. — Él no se tentaría el corazón si tuviera que matarme por poder.

Lastimosamente era cierto, Alexander era un alfa cruel que no dudaría en sacrificar a sus betas por poder sin importar que fueran familia directa. Todos lo sabían pero nadie haría nada al respecto por miedo a que el alfa se encargara que terminaras dos metros bajo tierra.