Señas de amor

8

Sigo vivo xd
Mi salud mejoro ahora solo dejaré que el semestre me consuma.

Cuidense mucho por favor.

La madrugada era fría y espantosamente silenciosa, un mal augurio recorría el aire alertando así a todas las criaturas sobrenaturales aun que realmente ni siquiera sabían a que debían temer o de que debían esconderse.

—¿Stiles? —hablo Peter somnoliento. —¿No puedes dormir? —pregunto al verlo parado en la ventana de la habitación del castaño.

—No puedo dormir. —respondió en voz baja. —Mi bebé sigue ahí afuera.

—Cariño, lo encontraremos. —se apeno por darle esperanzas dudosas.

—No sé si pueda seguir así. —respondió con un leve sollozo. — Ha pasado un maldito mes. —se mordió el labio para no llorar más. Peter se acercó y lo tomo en sus brazos, dándose cuenta así que algo estaba pasando con el pálido chico.

—Estas ardiendo en fiebre.

—Ya tome algo, tal vez solo es un resfriado. —le contesto el chico paliducho. —Deaton dijo que si empeora que me llevaras a la clínica.

—Tal vez deberías de volver a la cama y descansar. —Stiles asintió y siguió a Peter, no tomo mucho tiempo para que ambos se acorrucaran. Una extraña calma invadió la habitación de Stiles y poco a poco la temperatura comenzó a descender, la pareja pensó que solo era la brisa fría de la madrugada pero en realidad era parte del mal augurio que recorría el aire de Beacon Hills.

Entonces un dolor agudo hizo que Stiles se retorciera.

—¿Estas...? —No terminó de hablar porque a lo lejos se escuchó un aullido fantasmal y sin poderlo evitar los ojos de Peter se volvieron azules en reacción a lo que escucho, su mente quedó en blanco hasta que volvió a escuchar los jadeos de dolor de Stiles.

—Peter llévame a la clínica. —jadeo al sentir otra punzada en su vientre.

—Todo estará bien. —trato de sonar calmado para no alterar más a Stiles.

—No quiero perder otro bebé. —Stiles lo miro con ojos suplicantes justo antes de desmayarse.

Mientras tanto cerca de Beacon Hills cierto alfa miraba consternado al cachorro que aullaba frente a su ventana de una manera tan escalofriante, entonces el quedo congelado cuando sus ojos se cruzaron con los peculiares blancos iridiscentes del niño.

—Papá. —Mick se giró a la ventana he intentaba romperla con sus puñitos, y cuando logro fisurarla Deucalión se dio cuenta que tal vez sería bueno salir a dar un paseo.

Horas después el amanecer casi estaba asomándose y el cachorro dentro de Stiles apenas parecía que iba a sobrevivir esa noche, todo la manada estaba a su lado en la veterinaria de Deaton apoyándolo y deseando lo mejor para Stiles.

—Debería de estar adentro con él. —murmuró Peter molesto.

—Sabes que no hay nada en que puedas ayudar. —le respondió Derek.

—Aún no me acostumbro a verlos juntos pero realmente agradezco que lo protejas tanto.—mencionó el sheriff, sus ojos veían con cansancio la puerta donde estaba su hijo detrás.

Peter le iba a contestar que él amaba a Stiles y que siempre lo cuidaría, pero cuando sus labios apenas resoplaron para decirlo aquel aullido fantasmal volvió a sonar.

—¿Que mierda es eso? —preguntó Scott sorprendido por lo que acababa de escuchar. Los demás estaban igual de atónitos por darse cuenta que el aullido hizo que sus ojos brillarán sin poder evitarlo.

Peter gruñón al darse cuenta que ese mismo aullido sonó cuando Stiles se puso mal.

—¿Peter que es?—pregunto Derek y antes de que el lobo zombie respondiera una fuerte ráfaga abrió las puertas de la veterinaria.

—Siempre me han gustado las entradas dramáticas. —hablo Deucalión con una sonrisa prepotente y detrás de él había un pequeño cachorro pelirrojo que sostenía su mano algo asustado.

Los quiere the sinner y su perro.