Capítulo 7

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Virginia Wesley.

Mi cabeza estaba totalmente llena de preguntas que aún no tenían respuesta, ¿Quien será? ¿A quién se refiere? ¿Porque se empeña en querer avisarnos?

No lo se, pero de algo si estoy segura, y es que todo esto, no me está dando muy buena espina. Temo que algo sucederá pronto y no se con exactitud que es.

También me eh dado cuenta, que nada dura para siempre, todo en esta vida terrenal tiene su fin, algunos pronto, algunos tarde, pero todo tiene un fin. Aunque, sinceramente, no me gustaría ver el fin de mi hijo, eso me destrozaria, me desgarraria el alma, ahora si, me volvería loca.

Quiero olvidar todos estos pensamientos, así que decido ir a pasear con mi hijo, distraerme un poco y también que se distraiga el, que al cabo, ya tenemos buen rato sin salir de casa:

—¿Hassan? —le hablo.

No escucho respuesta:

—¡¿Hassan?! —vuelvo a decir, ahora un poco más recio.

—¿¡Mande!? —escucho al fondo del pasillo, me asomó y veo a Hassan corriendo hacia mi.

—¿Qué estabas haciendo? ¿Dónde estabas? —puse mis manos en mi cintura.

—Estaba jugando —sonrio angelicalmente.

Iba a decirle algo, pero me veo interrumpida por un Roger y un Ru mojados, llenos de lodo y con cara de molestia:

—¿Y a ustedes que les paso? —pregunto mirandolos a ambos.

—Que te diga tu Diablillo —espeta Roger señalando a Hassan.

—Yo no hice nada mamita, lo juro, ellos se cayeron en una fosa —los apunta.

—¿Fosa que quien cabó? —pregunta con sarcasmo, esta vez Ru.

No dice nada, sólo se pone a reír y a menearse de un lado al otro, entrelazando sus manitas.

Niego con la cabeza, mientras llevo mi mano a mi frente:

—Debes de ser menos travieso. Roger ya está viejo para soportar tus travesuras —me pongo de cuclillas, a su altura.

—¡Ey!, escuche eso —dice Roger.

—Ahora no viejo, estoy hablando con mi hijo —le digo burlona.

Hace un puchero y después articula con sus labios un "okay":

—Es que yo estaba haciendo una fosa de guerra, una trampa cubierta de hojas y otras cosas, pero estos dos mensos cayeron en ella —volteo a verlos —por no ver por donde caminan.

Negué y sonreí:

—Anda, ve por tu suéter, te llevaré a pasear un rato —acaricio su cabeza y lo empujo suavemente y el sale corriendo en dirección a su cuarto.

Niego con la cabeza, sonrió de lado y pongo mis manos en mi caderas:

—¿Hasta cuando van a dejar que un niño les gane? —digo con burla hacia Ru y Roger.

—Es muy listo el mocoso, nunca se sabe cuando va a atacar o hacer una de sus diabluras —dice Roger.

—En eso tiene razón. Salió igual que... —empieza a hablar Ru, pero se calla de inmediato.

—Christopher —termino por el y suspiro —Lo se, igual a el, era muy listo.

—Si —dice apenado Ru.

Me quedo en silencio por unos segundos, hasta que Roger rompe el silencio:

—Y..., ¿Vas a salir, Virginia?

La Venganza de la Viuda. © (Editando🍃)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora