17:50 p.m.
En el baño se encontraban Guillermo y Lautaro. Ambos dos aburridos. Ambos con la mirada fija. Y los dos haciendo exactamente lo mismo. De ellos salían palabras, si. Pero no hablaban. Para nada. Solamente decían palabras, diciendo mucho, pero sin decir nada. Detrás de cada palabra se encontraba una historia que el otro podía conocer o no, pero fuese cual fuese el caso no se la explicarían. Aún así ahí estaban diciendo esas palabras.
-Jamón.- dijo Lautaro.
-Hamburguesa.- respondió Guillermo.
-Salchicha.
-Queso
-Pan.
-Lechuga.
Maru entró al baño y se encontró con la curiosa escena. La chica no entendía qué estaba pasando. Vamos, la mitad de las veces no entendía de lo que hablaban sus amigos y amigas de ese grupo, pero la gran mayoría de esas veces la conversación esgrimía un cierto sentido, un sentido lógico. Consistía en un intercambio de palabras, de ideas, de emociones ¿Pero esta vez? Esta vez era un sinsentido. Simplemente eran dos chicos que llevaban ya un rato hablando y cada tanto se desternillaban de la risa, más a Marina se le escapaba de qué se estaban riendo. <¿Están haciendo acaso una lista para ir a comprar? No sería de extrañar realmente, Guillermo no iría a comprar solo, y Lautaro solía acompañar a sus amigos en determinadas ocasiones.> pensaba la chica. Pero no, no tenia sentido aún así, Guillermo no hacía tanto había vuelto de comprar. <¿Acaso habrán aspirado el humo del porro de German y estarán drogados?> esa idea tenia un poco de sentido... pero mínimo ¿Era eso acaso? ¿Sus dos amigos, que jamás habían probado la marihuana, se encontraban drogados? De ser así iba a tener un muy buen momento de risas aprovechándose de ellos. Generalmente ella era una de las víctimas de sus bromas, no tan seguido como Nicolas, pero si bastante, la sola idea de poder vengarse de una era simplemente excitante para Marina. Si lo hiciera sentiría muchísimo placer. Pero ¿podría hacerlo? Debía asegurarse, de lo contrario parecería una tarada. Finalmente optó por la opción más lógica y que aún así mucha gente es renuente a realizar: preguntarles.
-¿Qué están haciendo?- dijo Marina con su tan reconocible tono. Probablemente según ella sonaba como Isabella de Phineas y Ferb, para el resto como Marina siendo metida.
-Estamos diciendo que cosas podemos distinguir de entre el vómito de Mati ¿Querés jugar?- respondió Guillermo. Claramente sabía que no iba a aceptar, pero como era educado preguntaba incluso sabiendo que el otro no podía.
-Eww gross.- dijo Marina. Por motivos extraños solía decir eso en inglés, casi nunca en español - ¿Qué le pusiste en la bebida?
-Nada raro, un poco de vodka, pero no había tomado tanto como para que eso lo hiciere vomitar. Lo he visto tomar mucho más realmente, no sé qué impulsó esa reacción. Curiosamente no fue algo instantáneo, hizo un par de sonidos guturales antes, puede que esté mal del estómago.
-Tantos abdominales lo deben tener mal - respondió Marina algo por lo bajo.
-¿Eh?- dijo casi sorprendido Lautaro.
-Nada. Nada.- Marina sabía que no debía responderle nada a Lautaro que pudiera hacer que la jodiera. El flaco chico morocho de ojos marrones era un as en lo que a boludear se refería. No solo eso, también era altamente inteligente por lo que sus bromas resultaban creativas. Tenía un humor menos político que Guillermo, pero mucho más punzante.
-¿Es verdad lo que les contaste antes?
-¿Qué cosa? - respondieron los dos chicos al unísono.
ESTÁS LEYENDO
Caida Libre
HorrorUna "inocente" broma puede causar mucha desgracia. ¿Pero hasta que punto? Un grupo de chicos estan a punto de vivir una gran experiencia. Esta historia es una union entre la mente perversa de Guilleam y el sadismo de Nicsoniano, llevados a su mayor...