- Capítulo 1 -

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    “Algo  sobre mi


(Verónica y Dane)

Yo estudié en un colegio donde comencé ha hablarle a Dane  quien fue la primer persona con quien tuve  una amistad, donde nos apoyabamos mutuamente.

Ella hacía que mis penas fueran un poco más tolerables, por como me trataba y me hacia sentir.

La primera vez que ella me vió llorar fue cuando llegué una vez al colegio, estaba triste porque mi madre me había agredido.

Ella inmediatamente me preguntó:

—¿Qué tienes?

— Nada, no te preocupes,  estoy bien. — traté de mostrarme serena,  pero fue en vano y ella lo notó.

Con un tono preocupado insistió:

— Dime la verdad ¿Qué tienes?

Ante tal insistencia no tuve otra opción que confesarle la verdad. Estaba  insegura porque no sabía si confiar completamente en ella, pero algo en mí me decía que podía decirle la verdad.

Con lágrimas en mis ojos abrí mí corazón y le confesé:

— Amiga ... Lo que me pasa es algo muy doloroso de contar para mí, y a la vez es triste porque no tengo el apoyo de mi madre quien se supone que debe ser la persona que debe defenderme de cualquier peligro o persona quien le puede hacer daño a su hijo, pero no es así...

Ella de imediato con un tono preocupante dice:

— Verónica me tienes preocupada... ¡Dime!  ¿¡Qué es lo que te pasa!? ¿¡Qué tienes!?

— (Toma una respiración profunda) Dane prometeme que no se lo dirás a nadie ¡Promételo!

— Te lo prometo...

— (Con lágrimas en los ojos) Lo que te voy a decir es algo muy doloroso, es algo que me ha marcado para toda mi vida... Y quiero que lo comprendas. — hace una pequeña pausa — Hace años atrás cuando tenia nueve años mi hermana  Karely había estado un tiempo en el hospital y me dejaron al cuido de mi padrastro en la casa de mis abuelos maternos Ignacio y Rosalia. Mientras mi madre cuidaba de mi hermana Stephanie todo el día, yo pasaba en la casa de mis abuelos, pero  todas las noches la pasaba con mi padrastro en el mismo cuarto.

— ¿Cómo  así en el mismo cuarto? — se notaba confusa.

Pero le contesté de que en casa de mis abuelos vivíamos cada quien en una parte de la casa y a mi madre le tocó un cuarto pequeño donde dormíamos todos (mi padrastro Lucas, mi  madre Verónica, Karely  y yo). Pero no tenia ninguna clase de división (paredes, sabanas, etc).

— Mmm... Entiendo — su rostro cambió a uno más tenso.

Le seguí contando lo que me había sucedido “Mi secreto.

— En las noches en ese cuarto solo dormíamos mi padrastro y yo. Por ende nadie observaba lo que sucedía allí, sólo Lucas y yo. Lucas siempre llegaba  muy ebrio y  por  llegar en tal estado se iba a dormir en su cama... Pero hubieron dos noches o tres las cuales recuerdo muy bien... — se detuvo conteniendo el nudo que amenazan con formarse en su garganta.

— Ya puedo imaginarme que es lo que te ha pasado....

Un Clóset de SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora