Caminos

Juventud

Pensar que todos debemos adaptarnos, fue el comentario que surgió en los ojos del narrador, cuando observó a los mozuelos- era la tercera vez en seis meses que visitaba el salón- que fluctuaban sus edades entre 14-15 años, instancias en las que las ganas de hacer nada siempre son más poderosas que las de aportar u obedecer, sin embargo, se dio de buenas a primeras, de hecho le permitieron al novel escritor, plasmarlo con cierta escepticismo. 

Luego de revisar la clásica discusión de Antígona, "pidieron" la venía para su flash mob. Pensaba en él cuando tenía ese mismo registro y también preferiría hacer cosas a estar en tiempos muertos, nunca fue bueno para estar sin hacer nada, de hecho, el divagar, será desde siempre su compañero de ruta. 

El divino tesoro, expresado por Dario, se veía reflejado en la energía desbordante que mostraban esa veintena de jóvenes buscando coordinación grupal para poder desarrollar la coreografía que debía ser presentada en el idioma extranjero, basado en I dont like it, i love it, era hermoso ver la alegría en esos rostros, cuando se lograba. 

Recordó su juventud en Miguel Claro 35- emplea está acción, solo porque encaja de excelente manera en este lugar- pues de a través de los mensajes de la app verde se había percatado que lo de rememorar era una falacia- y a sus compañeros. Hubiésemos reaccionado de buena manera a esta forma de enseñar, caviló, al instante tendríamos en aquella época la ductilidad necesaria para hacerles frente. Hoy cuando el futuro parecer quedar atrás en cada nueva idea que surge, aún siguen ciertas reticencias a las nuevas metodologías. El concepto activo se está apoderando de la docencia y del mundo. Será el mejor escenario....