Un país sin memoria

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5 de diciembre del 3051

¿Cómo pudimos llegar tan lejos? Yo no lo sé, nadie lo sabe. A nosotros nos dan plantas para cultivar y las sembramos sin cuestionar, así es este lugar. Nadie piensa en grande, todos creen saberlo todo aunque la verdad sea que no quieren probar que les están mintiendo. La historia del país sin nombre no existe, más bien es una idea que se nos da en la escuela; el deseo de la ruina por envidia.

Hace mucho, mi país era una gran, alegre y ordenada nación, competía con el vecino por ser el mejor. Sin embargo, este se tomó muy en serio este juego. Comenzó a atacarnos y saquearnos, nos quitó los libros, los retratos y las historias del pasado, nos quitó cientos de vidas inocentes con un mismo fin; arrebatarnos nuestra identidad. Mi país no vio otra opción más que darles lo que pedían a cambio de paz, ambos firmaron el acuerdo. Y así, todo lo que quedaba se fue, se destruyó o se olvidó. Los ciudadanos de ese entonces tal vez prefirieran eso a la guerra. Claro, ellos esperaban que el acuerdo se cumpliera.

5 de diciembre del 3051

Fecha del bombardeo, consecuencia de nuestra confianza. El día que nos recuerda nuestra ingenuidad y nos enseña a desconfiar de los demás.

Lástima que las personas no cuestionen este relato.

2

Cuando tenía siete años, mi hermana Aashta murió. Yo la pude haber salvado.

Eso cambió mi manera de ver el mundo. Me comprometí a jamás volver a acobardarme, nunca más volvería a dejar a alguien solo. Moriría por cumplir estos principios. Encontraría a quienes la asesinaron y la vengaría. Por eso investigo tanto sobre los enmascarados.

Los antifaces negros llegaron antes que nuestros héroes, ellos destruyeron todos los recuerdos que incluía el tratado de paz. Pero no sólo eso. Comenzaron a atacar a la población, a causar disturbios entre nosotros... a asesinar a inocentes como mi hermana. Pero cuando el país se sumió completamente en la confusión aparecieron los antifaces blancos; los héroes de la luz que hasta ahora nos defienden. Nadie sabe quiénes son y nadie se aventura a descubrirlo.

*Una aclaración, yo no entro en ese "nadie".

Me atrevería a decir que soy la persona más curiosa y determinada de el pueblo en donde vivo, me dedico a investigar: analizo todo lo que veo, escucho y siento, lo convierto todo en información. Esa es la razón por la que no tengo amigos y también es la explicación de por qué aquí casi todos son crédulos e ignorantes. Han perdido el arte de cuestionar.

Sin embargo, ahora tengo otras preocupaciones. Nadie sabe lo que me pasa, nadie lo puede ver, sólo lo siento en mi mente, como si fuera una especie de ruleta que dispersa mi atención. Necesito ayuda urgente, si sigo así, me perderé.

3

-Kata, recuerda poner siempre la canasta en el suelo para poder cosechar.

Observo el boog, un fruto creado en laboratorio, diseñado para contener todos los nutrientes que una persona necesita por cierta cantidad de tiempo, es verde, su relleno es blanco y esponjoso... como una nube suave que se desliza junto con la brisa que mueve las hojas del árbol... ahora que me fijo, el árbol tiene un corte de espada en un extremo... a mí me hubiera encantado tomar esgrima, imagino cómo sería si alguien me intentara atacar... seguramente sacaría mi lanza-agujas para defenderme, aunque probablemente el disparo le doliera terriblemente al atacante... me hubiera gustado tener el lanza-agujas a los siete años...

-¿Dónde estás Kata?

No, no otra vez.

La multitud corre y ella grita.

El secreto de los antifaces blancosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora