El.

16 0 0
                                    

Mi mirada se centra en una chica de cabellos largos, la cual muestra una grandiosa dulzura en el iris de sus ojos, mientras que sus labios no dejan ir aquella sonrisa incandescente. Su felicidad era transmitida hasta en los más oscuros y diminutos rincones. Sus grandes ojos repletos de misterio, se encuentran con los de un chico, el cual con rapidez agacha la cabeza. Podía observar como sigilosamente se acerca la bella chica y cuidadosamente toma las mejillas de aquel obligandolo a verla, al ser así sus miradas nuevamente se conectan.

Con una tremenda tranquilidad ella lo ayuda a levantarse como si en cualquier momento se fuese a romper. Deja que sus manos resbalen hasta tomar las del chico, entrelazandolas mostrándole que no lo dejara caer. el hace lo mismo, aprieta sus manos entre las de ella acariciandolas y le muestra que esta a salvo.

El comienza a notarse más claro, mas su cabello era oscuro. Observo como sus ojos color miel brillan junto a los de ella; oscuros e insaciables. Al estar por completo de pie noto su gran altura, a comparación de ella que es muy bajita. La cabeza de esté se inclina y la posa contra la frente de la chica, sus narices se acercan, mientras que ella se levanta entre puntillas para buscar los labios del joven, el cual sin dudarlo se inclina más a ella y cuando ambos labios se regalan un pequeño roce, la mirada del chico se posa en una de las esquinas, ella aun espera deseosa hasta notar como aquel muchacho de cabellos oscuros y ojos deslumbrantes ya no la miraba y con lentitud se alejaba. Su mirada comienza a volverse apagada al igual que su brillo, mientras que la del el adolescente a un más deslumbrante. Ella dudosa no despega la mirada del chico, el cual por una fibra de segundo la observa. Sigilosamente deja las manos de la joven para después darle la espalda y caminar entre las tinieblas de aquella oscuridad interminable.

-Alto... - la joven habla entre susurros.

Lagrimas comienzan a escapar de aquellos grandes ojos que antes lograban transmitir felicidad y calidez pura, y de sus labios escapan pequeños sosloyos pidiéndole que se quedase. Así es hasta que la luz propia que antes llevaba se desvanece junto con aquel que amo sin siquiera mostrarse dudosa. Fue de esta forma hasta que una mano con cuidado toma su hombro. La chica a un triste con lentitud se gira.

-Alissa... Se fue... -dice entre llantos, mientras con agotamiento agacha la cabeza.
-Lo sé, por eso estoy aquí, para ayudar a levantarte. No olvides que siempre estaré contigo. -Alissa comienza a abraza con fuerza a la chica.
-¿Por qué? ¿Que hice mal? -pregunta una y otra vez hasta cansarse.
-No puedo responder a tus preguntas... Pero tienes que creer me cuando digo que no te merece.
Y con esto Alissa comienza desaparecer. Ambas se miran a los ojos profundamente.

-Alissa... ¿Que sucede? -la chica habla con una notoria preocupación en su voz.
-no necesitas a nadie para ser feliz, a excepción de ti.
Alissa dice sus últimas palabras entre susurros hasta que su respirar desapareciese por completo.
La chica parece haber terminado en shock ante lo ocurrido. Observa sus manos y aún en silencio las mueve con tranquilidad hasta tocar su cabello. Sus palmas se vuelven puños, hasta caer al suelo de rodillas. Y ahí, en medio de la oscuridad grita, pero no como común mente se hiciese. Sus gritos vienen de lo profundo de sus pensamientos, su gran fortaleza se desvanece con aquel sonido sordo.

Y nuevamente todo se convierte en una absorbente oscuridad.

Mis ojos se despliegan lentamente, para ser deslumbrados por la luz de la mañana. De un momento a otro mis pies ya se encontraron con el frío suelo, comienzo a despliegarme por la habitación hasta encontrar en una pequeña silla lo que es llamado uniforme, broto mis manos en los ojos y esbozo un ligero bostezo. Busco con la mirada el baño y camino hacia el. Al entrar me deshago de mi camisa, quito el pequeño nudo en mis shorts y dejo que éstos caigan al suelo. Aún descalzo y ya desvestido entro en la ducha, hasta dejarme llevar por la calidez del agua golpeando mi torso.

-Alto. -de golpe abro los ojos.

-la chica... esta sola. - sacudo la cabeza ante mis ridículas palabras. -solo fue un sueño...

Atento observo el mar y como las grandes palmeras decoran las calles, busco donde terminan y noto que son altas. Busco nuevamente las olas examinando como se golpean entre si, es así hasta que estas se pierden tras grandes edificios. Cierro los ojos y trato de recordar a la chica de mis sueños. cuanto desearía poder abrazarla y decirle que olvide a ese idiota de ojos color miel. Tal vez sea de esa forma en mi próximo sueño.

pedazos de sueños rotos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora