Capítulo 2

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Salí del aeropuerto y las gotas comenzaron a mojar mi cara, llovía, algo normal en Londres, debí haberlo previsto, pero claro, cuando salí de casa no sabía exactamente dónde iba y ni se me pasó por la cabeza meter un paraguas en la maleta en pleno verano.

Me acerqué a la parada de taxis mientras intentaba protegerme de la lluvia con mis brazos y me monté en el primero que pude, un hombre de unos cuarenta años sentado en el asiento del conductor me sonreía.

- ¿A dónde la llevo señorita? - Me preguntó mientras me recogía el pelo en una coleta para evitar que se me empapara la ropa.

- ¿Podría acercarme a esta dirección por favor? - Le entregué el papel con la dirección de la residencia de estudiantes que el escocés rubio había escrito para mí y él asintió con la cabeza, minutos después estábamos metidos en calles londinenses.

Miraba la ventana concentrada en las gotitas que caían rápidamente por fuera del cristal cuando me fijé en la gente que iba por la calle, para ser un día lluviosos, la calle estaba bastante concurrida, la mayoría iban resguardados bajo un paraguas, pero unos cuantos valientes se dejaban mojar por la lluvia, era curioso, se les veía acostumbrados, nadie corría para no mojarse o para ir a un sitio en el que mantenerse secos, todos iban tranquilamente andando como si no pasara nada.

Pasados unos quince minutos el taxi frenó en frente de un gran edificio blanco, el hombre me devolvió el papel que Rory me había escrito, le pagué y me bajé, acababa de llegar a mi nuevo hogar temporal.

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Las últimas horas habían sido raras, demasiado para mi gusto. Después de grabar el video anunciando nuestra separación, cada uno se fue a su casa sin a penas pronunciar palabra, la situación era bastante incómoda y no entendía por que éramos amigos, pero últimamente no nos sentíamos como tales. Había habido demasidas peleas entre nosotros, demasiadas diferencias, Harry y Liam querían seguir, querían seguir cantando, seguir en el grupo, en cambio Lou y Zayn estaban cansados de todo, de los rumores, de la prensa, de los managers, de la falta de intimidad, de todo. Yo por mi parte estaba en una posición más neutral, había llegado el momento que no me importaba seguir o no en el grupo, lo único que quería era no perderles como amigos, así que cuando propusieron en plan para cambiar las cosas, no tuve otro remedio que aceptar, espero que así todo vuelva a ser como antes.

Abrí la puerta de mi apartamento y el sonido de las llaves chocando con la mesilla de la entrada llenó la sala, de nuevo en casa. Pasé al salón y me quité los zapatos dejándolos tirados al lado del sofá, estaba cansado, solo quería dormir. Me preguntaba cúanto tardarían los managers en ver el vídeo y convocarnos para decirnos que estábamos violando el contrato y bla bla bla, la verdad es que se que ese momento llegará, pero no se que haremos al respecto, pero bueno, que pase lo que tenga que pasar.

Fui a la cocina y abrí la nevera, para mi desgracia estaba vacía, se me había olvidado hacer la compra, volví a cerrarla y me puse a buscar algo comestible por los armarios. Tras unos minutos de búsqueda, encontré un bote de mermelada de melocotón, unas galletas y tres onzas de chocolate, devoré el chocolate en segundos y después me comí las galletas untadas con mermelada de melocotón y suspiré insatisfecho, me había quedado con hambre, lo mejor sería que saliera a tomar algo.

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Entré en el edificio y me dirigí a la recepción, allí una chica de unos veinte años me recibió con una sonrisa.

- Hola, ¿eres nueva verdad? - Preguntó mirando mi maleta.

- Si, un amigo me ha recomendado este sitio, ¿tenéis alguna habitación disponible? - Vale, eso no era del todo cierto, más que amigo, Rory era un conocido poco conocido, pero si hubiera dicho eso habría quedado extraño, así que mejor no pensar en ello.

The end is just the beginning (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora