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Me abriste la puerta de misericordia, compasión de tu corazón puro y perfecto, tu infinito amor fue revelado ante mi vida.

Y es justo allí donde está lo maravilloso, en que aún cuando no lo comprendo, aún cuando fallo, aún cuando caigo, no te avergüenzas de llamarme hija y darme un abrazo de esos que solo tú sabes dar y nada, absolutamente nada en toda la galaxia entera se puede comparar.
Te amo Padre.

Más de tí, menos de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora