Capitulo 4

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Estaba sentada en una de las bancas de la preparatoria, mientras esperaba a que mamá llegara por mi.

Mi teléfono vibro, supuse que era un mensaje así que lo saque de inmediato.

Mamá
Lo siento cariño no podré ir por ti, tengo una junta y tendré que quedarme unas horas más, la comida está en el refrigerador, solo caliéntala, te amo.

Me puse de pie y empecé a caminar, la preparatoria no estaba muy lejos de casa, así que no renegué.

—¿Adeline? —escuche el grito del chico nuevo.

Me giré y lo vi saliendo de la preparatoria, tenía montones de libros de sus manos, que apenas y podía ver su rostro.

—¿Si? —dije yo—.

—¿Caminarás a casa? —dijo el—.

—Pues si —reí—.

—Oh no, yo ya me voy también, si quieres puedo llevarte —encogió sus hombros y sonrió—.

—Está bien —sonreí y camine hacia el— ¿Necesitas ayuda?

—No, está bien solo los pondré en la cajuela –sonrió—.

—Okey —dije y subí al auto, a un lado del piloto—.

Unos segundos después subió el chico nuevo.

—Entonces, ¿donde vives? —dijo el—.

—En el vecindario de Sunrise.

—Okay —sonrió—.

|Brendon|

Habían pasado cinco minutos desde que Adeline me dio su dirección y desde ahí no ha dicho ni usa sola palabra. La observaba de reojo pero iba tan enfocada mirando por la ventana.
Sentía la necesidad de hablar con ella, para así tener más confianza.

—Sabes que puedes chocar! —dijo Adeline, sin despegar sus ojos de la ventana—.

—¿Por que? —dije yo—.

—Porque no dejas de mirarme —dijo burlona—.

—Ah —dije apenado, mis mejillas se sintieron tan calientes que tuve que subirle al clima—.

Adeline soltó una risita y siguió mirando a la ventana.

—¿Y te gustan las fiestas? —dije yo—.

—No —río—.

—¿Y eso por que?

—No lo se, son un poco aburridas.

—¿Has estado borracha? —dije riendo—.

—Si, pero lo suelo estar cuando estoy sola —dijo riendo—.

—¿Y por qué sola?

—Mamá no me deja tomar, ella literalmente me mata si tomo, dice que me pongo muy loca.

—Vaya! Quizás deberías obedecerla —dije riendo—.

—Tomó whisky cuando estoy triste, porque siento que nadie puede entenderme, así que con el whisky me deshago.

—¿Por que dices que nadie puede entenderte?

—Porque sabes como son las personas, solo piensan en ellos mismos, son tan egoístas. Creo que todos necesitamos desahogarnos en cierto punto, pero después notas que no tienes con quien hacerlo, y es ahí cuando encuentro al whisky para ahogar mis penas.

—Nadie merece sentirse así —la mire—, cuando necesites ayuda llámame y ahí estaré, seré tu whisky viviente.

Adeline río y asintió.

—Es aquí! —dijo Adeline—.

Asentí y me retorne.

Me estacioné afuera de su casa y sonreí.

—Pues llegamos —sonreí—.

—Gracias por el paseo! —dijo sonriendo—, te veré mañana.

—Te veré mañana —afirmé—.

Adeline sonrió y bajo del auto.

Vi a un chico sentado en los escalones de casa de Adeline, parecía que la estaba esperando.
Cuando Adeline llegó a su casa el chico se puso de pie y la abrazó fuerte.

Me quede mirando unos segundos y después acelere. ¿Quien sería ese chico? ¿Acaso tendrá novio? Quizás el es su novio y tenía problemas con el, y esa era la razón de su comportamiento.

Dear AdelineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora