Llegué a casa, estaba mamá y Agus, los ignoré por completo y subí las escaleras para tumbarme en la cama abrazando la almohada para llorar como idiota por un chico. Nunca creí que iba a hacer esto. Muchas cosas pasaron por mi cabeza "Lo hace para protegerte" "El te odia e inventó todo eso para alejarte de una vez" "te hiciste ilusiones muy rápido" "el amor no es para ti" "nunca nadie te va a amar". Bien, algunas eran exageradas pero las que más me daban vuelta por la mente era que me queria proteger y que el amor no es para mi. Por alguna razón confio en Justin y se que lo que me estaba diciendo era verdad. Sus ojos cada vez que me decia algo sinceramente, tenian un brillo especial, estaba cien por ciento segura que cada palabra que me dijo era cierta, en especial el inesperado y hermoso "Te amo". Lo había dicho, dentro de tan poco tiempo, lo dijo. Seguía tirada en la cama más tranquila pero aún llorando. Llevaba ya un largo tiempo acostada cuando siento que mi mamá abre lentamente la puerta de mi habitación.
-Creo que deberiamos hablar de esto -Dijo mientras la puerta emitia un sonido agudo, caminó lento hacia mi cama y se sentó a la orilla de esta-
-No quiero hablar de nada -Hablaba como una niña cuando hacia un berrinche-
-Esto es nuevo para mi -carraspeó su voz- pero...
-Quiero estar sola mamá -la interrumpí mal educadamente y de mala gana-
-Lo sé, yo pasé por lo mismo que tu y no quiero que...
-¡No estoy de humor! -se senté dejando la almohada en mis muslos, gritandole a mamá para que de una vez se fuera. Odiaba tener que ser así pero cuando estoy enojada soy otra Megan-
-No tienes por que hablarme asi -dijo firme pero no enojada-
-Lo siento mamá -rodee mis piernas con mis brazos escondiendo mi cabeza- No me siento bien, quiero esta sola, por favor -murmuré-
-Bueno, hablaremos de esto en un rato mas, pero -alargó la letra "o" sonriendo- Hay un chico fuera que quiere verte, asi que no creo que quieras estar sola
-Justin no podria ser, despues de todo eso le dejé claro que me haría mal volver a verlo- ¿Que?-levanté lentamente mi cabeza mirando a mamá-
-Conocí a Hans -dijo emocionada- Es muy lindo -rió- Pero ¿Es el el culpable de tus lagrimas? -limpió una con su dedo pulgar depositando un beso en mi mejilla-
-No mamá -soné mi nariz- al contario -sonrei apenas- de todos modos, quiero estar sola
-Hija -me miró inclinando un poco su cabeza hacia el lado y tomando mis manos- El vino aqui por ti, le importas... no vas a dejar a un chico en una moto con un cachorrito en brazos solos hay fuera ¿Verdad?
-Espera... ¿que has dicho? -Lo del cachorrito era algo cliché, que veía en toda las peliculas de amor, no es que haya visto muchas, claro, pero cuando te pasa en la vida real es realmente adorable-
-Lo que escuchaste -sonrio mirando a otro lado- ¿Bajas?
-Yo -esperé un momento- Tu quedate aqui -solté de un golpe la almohada coriendo por mi cama lo que provoca una casi caida porque mi pierna no estaba del todo recuperada, pero lo controle todo y caminé mas calmada a la entrada viendo como Hans sontenía un pequeño huskys siberiano en brazos, ¡Oh esperen! ¿Son dos?- ¿Hans que haces aqui? -limpié un poco mis humedos ojos- ¿Y con estas hermosuras? -tomé uno sonriendole y haciendole cariño-
-Crei que... bueno yo...
-Tranquilo -reí- no muerdo -le sonreí mostrando los dientes pero luego miré al cachorro- como esta criatura -mi voz era algo juguetona al hablar con los perros-