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¿Cómo puedo comenzar esta razón sin brincar directamente a lo absolutamente hipnotizado que me encuentro gracias a tus caderas? Porque, déjame decirte con todo respeto Stiles, que tus caderas pueden ser la perdición de cualquiera. Mis respetos a todos los genes que te las dieron, estoy tremendamente agradecido con ellos. No deberías avergonzarte de ellas, es más, debería presumirlas en todo lo alto, porque terminarías siendo la envidia de muchas.

¿Lydia Martin? ¿Paige Krasikeva? No son nada comparadas contigo, no importa cuánto intenten llamar la atención de los demás para que las noten. Y ni hablar del imbécil de Jackson, que sólo te grita estupidez y media por pura envidia, porque sabe que nunca tendrá el cuerpo que tú tanto te empeñas en esconder. Y sí, sí notó que lo escondes, no por leerlo, sino porque soy observador, porque me gustas y por más extraño que suene, sí me fijo en ti y en cada cambio que haces en tu día a día, por más mínimo que sea. Yo noté el segundo en el que empezaste a usar esa ropa ancha, el momento en el que te empezaste a retraer por las burlas hacia tu figura. Una que es extremadamente hermosa, si me permites opinar.

Yo podría hacer una extensa lista de las cosas que amo de ti, pero tengo todo un cuaderno en el que puedo enumerarlas para demostrártelo, un cuaderno que sí me encargare de que leas. Pero en este momento me concentrare en la cosa de la que te estabas quejando en el segundo lugar de tu lista. Como dije en un inicio, ¿cómo expresar lo que siento al ver tus caderas? Y sé que sonará pervertido y que probablemente no debería escribir esto, pero me es inevitable. Tus caderas lo hacen imposible para mí, porque es una de esas zonas de tu cuerpo con las que más he fantaseado desde que te vi por primera vez en los vestuarios, suena extremadamente mal, pero no puedo evitarlo. Joder, que no tienes idea la cantidad de sueños que han sido protagonizados por esas caderas, Stiles. En la cantidad de fantasías en las que éstas se encuentran entre mis manos mientras te embisto al hacer el amor y te susurro lo hermoso que eres y lo embobado que me tienes.

Las horas que he durado imaginándome lo suave que debe ser la piel de estas y sobre todo, que tienen el tamaño perfecto para sostenerte mientras perdemos el tiempo en el pasillo, al no querer separarnos para alguna clase o entrenamiento. Diablos, Stiles, que tus caderas puedo considerarlas como una nueva maravilla del mundo y no me importará cuántas personas digan estupideces para hacerte creer que no. Porque son perfectas, tú eres perfecto y las personas que se dedican a molestarte por ellas es porque son demasiado idiotas como para entender que tu belleza, y la de tu cuerpo, le ganan a todos y cada uno de ellos. Y sé que será difícil que logres aceptarlas tan rápidamente con sólo estas palabras, pero yo me en cargare de lograr que lo hagas. Que las ames como yo lo hago.

Ten things that I love about himDonde viven las historias. Descúbrelo ahora