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Me pones en una situación extremadamente difícil en esta parte, Stiles, porque lo que yo estoy intentando con este mísero cuaderno es hacerte ver que todo lo que tú piensas que está mal en ti, en realidad son unas cuantas de las cosas que te hacen hermoso ante mis ojos y los de cualquier ser humano con cerebro. Y que, justamente aquí pongas que odias tu trasero, es complicado. Porque cualquier cosa que intente plasmar en estas páginas para convencerte de lo contrario podrá malinterpretarse de mil y un maneras. No importa qué tanto sepa escoger mis palabras, seguirá siendo inapropiado y una falta de respeto a tu persona.

Suena contradictorio después de lo que anteriormente puse sobre tus caderas, y más por la manera en la que me sobrepase en ese tema. Pido disculpas por ello, no controlé mis impulsos al expresarme y siento que eso pudo llegarte a ofender. Intentaré ser menos bestia en los siguientes puntos, y sobre todo mucho más respetuoso. Suena repetitivo, pero quiero que quede claro.

Por eso decidí que en este número te explicaré cómo es que me di cuenta que eres el niño más bonito que pude haber conocido en la vida. Suena exagerado, lo sé, pero lo eres.

Tal vez no lo recuerdes, o tal vez sí, no estoy del todo seguro porque no es como que pueda meterme en tu cabeza, pero tú y yo llevamos siendo compañeros desde que tenemos diez años. Y sí, sí recuerdo el primer segundo en el que te vi al entrar en el salón. Había sido una semana complicada, llena de regaños de parte de mis padres porque me habían expulsado de mi escuela anterior gracias a las bajas calificaciones que tenía, sumando las burlas de parte de mi hermana Laura por esa razón. Estaba triste, debo aceptarlo. Ya no podía hacer nada, después de todo, ya había sucedido y prometer que mejoraría no servía de nada.

Mis padres no tardaron en decidir meterme a esta nueva escuela, al inicio estaba algo renuente a aceptar el cambio, pero no tenía otra opción. Recuerdo que esa mañana no hable en absoluto y empeoro cuando entre al salón, porque se notaba que todos se conocían desde hace mucho y yo apenas iba llegando. Cuando la maestra me pidió pasar al frente para presentarme, es cuando llegaste. Tarde, apurado y jadeando disculpas sobre que a tu padre se le había hecho tarde y que si por favor te podía dejar pasar. Ahí es cuando supe que me había topado con el niño más bonito que jamás pude haber conocido si no hubiera caído en esa escuela.

Tu pálido rostro bañado en lunares, esos ojos brillantes y esa radiante sonrisa que me dirigiste cuando te dejaron pasar. Debo aceptar que después de ese día no pude dejar de verte ni un sólo segundo. Y te preguntarás por qué no te hable, y la respuesta es simple, aunque no lo creas, la timidez me ganó. La vergüenza de hacer el ridículo frente a ti simplemente me rebaso y no sabes cómo lo lamento, ya que si hubiera sido un poco más valiente, habría hablado contigo y tal vez, sólo tal vez, en este momento no estaría escribiendo esto para convencerte de que eres hermoso, sino para enamorarte un poquito más.

Soy un estúpido, lo sé, pero estoy aquí para arreglarlo. Porque es lo que te mereces.

Y sí sé que me desvíe mucho del tema que tú pusiste en este número, pero como mencione al inicio, te respeto, Stiles y no importa qué tan buenas razones te dé para que entiendas que esa parte de tu cuerpo no está mal, seguiré pensando que no es apropiado. Aunque no negaré que tal vez en un futuro, cuando hayamos llegado a algo más y esta mala racha sea superada me dedicaré a demostrarte, no a decirte, por qué tu trasero no es algo por lo que debas odiarte.

Por cierto, sobre el tema de las nalgadas y el acoso que sé por culpa de quién viene, me he encargado de eso desde el primer momento en el que lo noté. Porque no está bien, y sobre todo, porque cae en el acoso sexual. El grupito de imbéciles y la cabeza hueca que los dirigía para hacerte eso ya tuvieron su merecido de parte mía. Pero aun así, estaría más tranquilo si los denunciaras, Stiles. Aunque entiendo que puede ser difícil, más para ti que lo viviste de primera mano, pero tienes mi apoyo en todo. Si un día decides decir algo, yo estaré ahí a tu lado, tomando tu mano y haciendo todo lo que esté en mi poder para que eso no se quedé mas que como una queja más como lamentablemente pasa la mayoría del tiempo.

Ten things that I love about himDonde viven las historias. Descúbrelo ahora