Desesperadamente lindo

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Cuando a Craig Tucker se le metía una idea a la cabeza (así como cualquier otra cosa), no se la podía sacar tan fácilmente como muchos creían posible.

Y no, la idea de avergonzar a Clyde no era en lo que pensaba, de echo ese asunto quedó pendiente para después. Por lo que su cabezota se llenaba de convicción era por ¡hacer sentir bien al maldito pobre, hijo de puta, come mierda, chupa vergas de Kenny! ¿¡Acaso era demasiado pedir!? ¡No, ni un poquito difícil! Y lo odiaba en esos momentos, odiaba al jodido pobre por pertenecer al Team Stan y, por ende, tener inclinaciones a meterse en problemas.

Ah, pero eso no se iba a quedar así, claro que no. Esa misma tarde iba a ir a casa del rubio y lo besaría frente a sus padres, y si alguien se oponía ¿qué importaba? No es como si fuera conocido como el niño más heterosexual de la escuela o del pueblo, y Kenny estaba en su misma situación, incluso Craig se enteró que el chico besó a Stan por un absurdo reto del bastardo de Cartman, ¡y que incluso Kenny lo disfrutó!... Tan solo el recordarlo le causa nauseas, o sea, ¿saber que tu amor –no tan– imposible ya tuvo su primer beso y no fue contigo? La pesadilla de cualquier adolescente precoz.

Pero, antes de ir a casa de Kenny, necesitaba ayuda, y esta vez no quería la de Clyde.

•~•~•~•~•

Al otro día fue a la mansión de su ayuda, con las palabras exactas que utilizaría para convencerlo y sus planes mejor elaborados.

-Token abre, Token abre, Token abre.- Tocó la puerta tres veces, con las icónicas pausas que vió en un programa de televisión.

Estaba tranquilo, a pesar de que los guaruras de su amigo casi lo mataban por la entrada principal. Ya lo habían visto varias veces e incluso le sonreían, ¿habría sido porque, cada que lo saludaban, él les enseñaba el dedo medio? ¡Ese era su saludo! "Típico de Craig Tucker", ¿acaso no lo sabían? Como sea, no fue por ellos, fue por el niño negro.

El mayordomo de Token se asomó por la puerta. Era una linda ironía de que él fuera blanco y sus "amos" fuesen negros. Sonrió ante la rara comparación.

-¿Qué desea, joven Craig?- Preguntó, con ese tono tan altanero con el que le obligaban a hablar; un típico sirviente fiel.

-¿Está Token?- Sabía que su amigo se encontraba en casa, pero sólo preguntó para asegurarse. No podría adivinar si su amigo fue abducido por alienigenas, todo podía suceder.

-Está en su alcoba.- Le abrió paso a Craig, él se adentró y corrió al cuarto de su amigo.

Con una casa que parecía más laberinto que nada, fue un poco difícil recordar dónde se encontraba la habitación de Token, pero al fin la vió: La típica puerta de un adolescente negro que decía "No te metas aquí si no quieres que te robe". Y Craig creía que a Token no le gustaban los estereotipos...

Entró sin ningún permiso previo y encontró a su amigo dormido en su cama. Tomó aire y esperó un momento.

-¡Token, Token, Token! ¡Estoy desesperado Token!- Al fin gritó a todo pulmón, moviendo frenéticamente al chico.

El otro se levantó alarmado y agarró una almohada para pegarle a lo que sea que interrumpió su descanso.

-¿¡Que sta pasndo!?- Balbuceó aun medio dormido. Craig soltó una risa casi inaudible.

Su amigo, al ver que sólo era él, volvió rápidamente a su cama y se cobijó hasta la cabeza. Craig rodó sus ojos.

-Levantate jodido flojo. Es Sábado, se supone que debes estar disfrutándolo.- Movió a Token de un lado a otro y golpeó el bulto que, suponía, era su cabeza.

Listo o no (Crenny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora