Día 36
— ¡Yah! Eres todo un rudo, Baekhyun — dijo Youngsoo, mientras él le servía su cerveza en aquel tarro sin poder esconder su sonrisa—. Aun no puedo sacar de mi mente esa escena tuya dándole una paliza a ese tipo. Si no fuera porque alguien —el hombre miró a Yifan, quien rápido bufó— te distrajo, estoy seguro de que habrías ganado.
Su sonrisa se ensanchó más. Entretanto, su jefe parecía estar todo menos contento.
— ¿Podrías guardar silencio, Youngsoo? Harás que se le suban los humos a Baekhyun, y creerá que lo que hizo está bien y volverá a hacerlo.
— ¡Pero hice lo correcto! — se defendió, luciendo algo indignado por la actitud de su jefe—. Incluso Taeyeon me invitó a cenar el otro día para agradecerme lo que hice por ella — giró de vuelta al cliente, y dejó el tarro frente a él con una sonrisa—. Esta va por mi cuenta.
Guiñó el ojo escuchando un nuevo bufido por parte de Yifan; pasó de él, pero su jefe no lo dejó estar, por lo que empezó a reñirle por su actuar insensato de aquella noche.
Baekhyun no quería escucharlo, traía un muy buen humor encima como para que el alto se lo echara a perder. Por eso, apenas escuchó el sonido de la puerta del local abrirse en anuncio de que habían llegado nuevos clientes, no dudó y colocó su trapo en uno de los bolsillos de su delantal que abrazaba sus caderas para salir detrás de la barra e ir al encuentro de esas personas.
Jamás hacía aquello, pero ese fue su único escape.
— ¡Bienveni...! — sonrió con amabilidad, pero su saludo se quedó a la mitad cuando vio al grupo de personas, reconociendo de inmediato al chico alto de cabello azabache que iba justo detrás de ellos—. Bienvenidos, chicos — continuó, mirando en todo momento al hombre—. Hola Chanyeol, ¿al fin tienes una noche libre?
Los acompañantes del médico —que también pudo identificar como parte del hospital— le miraron y no dudaron en saludarle al seguramente recordarlo de la fiesta sorpresa de la madre de Chanyeol. Sin embargo, y al ver las miradas que ellos compartían, no dudaron en intercalar las suyas hasta que el pelinegro que asintió a su pregunta, luciendo una pizca de abochornado.
Ante tal reacción no pudo evitar sonreír con sinceridad, y terminó murmurando un genial antes de mirar a sus amigos e indicarles que le siguieran a una de las mesas del fondo que estaba muy cerca del billar y juego de dardos.
— Bien, ¿qué es lo que ordenaran para beber? — preguntó una vez se instalaron.
Los presentes cuchichearon, tomando la palabra Wendy, quien había la misma chica que lo atendió en la recepción del hospital la primera vez que llegó a este.
— Serán cuatro cervezas, un agua mineral y un par de vodkas, por favor —asintió anotando mentalmente la orden de la castaña, haciendo el conteo y verificando que lo pedido concordaba con la cantidad de personas en la mesa.
Lo cual le hizo pensar lo siguiente.
¿Chanyeol iba en automóvil con sus amigos, o en su moto? ¿El agua mineral era para él?
— ¿Vienes en moto? — no se quedó con la duda y preguntó de tajo, tomando en curva al mayor. Este dudó un segundo, pero terminó asintiendo—. Supongo que el agua mineral es para ti, ¿no?
Chanyeol entonces le miró, y ladeó su sonrisa.
— Será una cerveza para mí, por favor.
Baekhyun fue muy consciente de que arrugó su nariz, no siendo discreto en el desagrado que sintió por la respuesta del alto.
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61 Days With You
Dla nastolatkówBaekhyun lo vio. Vio la muerte de ese hombre mientras los gritos, la tragedia y el dolor lo abrumaban. Pero, a pesar de lo atroz de la escena, él ya estaba acostumbrado a eso. Era una persona más, una simple visión, un destino que él no tenía siquie...