MiSha: Mihawk x Shanks.

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Rosas.

Por eso esperaba con la carita empapada que llegarás con rosas
con Mil rosas para mi
Porque ya sabes que me encantan esas cosas que no importa si es muy tonto soy así..

Aquella bella canción se escuchaba en la radio de la casa se Dracule Mihawk, el hombre de ojos ambar simplemente se dedicaba a leer pacíficamente un libro, acompañado de aquella canción. Pronto la puerta se escuchó que fue abierta, no le tomo la más mínima importancia ya que el único que tenía la llave se su casa, aparte de él, era su amigo Akagami Shanks.
- Waaa Mihi no me esperaba que te gustará la Oreja de Van Gogh. - una vez llegado a la sala miro al nombrado quien cerró el libro y miro a Shank de forma atenta. - me gusta mucho esta canción, jamás pense que fuéramos tan compatibles. -
- vuestra canción favorita estaba sonando en la radio yo no la puse. - dijo serio Mihawk pero sabía bien cuanto le gustaba aquella canción a Shanks y solo lo dejo volar en su mundo.
- Mihi~ -
- no me llameis así. -
- Mihi tengo hambre. - río el pelirrojo pues uno de sus pasatiempos favoritos era molestar al mayor.
- ¿no habéis comido en vuestra casa? -
- Nop. -
- Porque no vais con Makino. -
- porque quiero estar hoy con Mihi. - no es que Mihawk fuera celoso de la relación de amistad que tenian Shanks y Makino, al contrario, le alegraba que una mujer pudiera hacer entrar más o menos  en razón a Shanks de todas sus locuras que terminaba haciendo ebrio, ya que siempre tenía que cargarlo hasta su casa y encargarse de él, incluso hasta en la terrible resaca que le daba al pelirrojo, pero no tardaba más de un par de horas en recuperarse. - ¡¡Mihi!! - terminó por exclamar Shanks y colocando sus manos en los hombros del pelinegro lo miro serio. - no te pongas celoso sabes que yo sólo te amo a ti. - el mayor suspiró.
- vos dejáis de decir tonterías. - Shanks río ante la reacción tan serena del mayor y sin esperar un sólo instante saltó para caer sobre las piernas del otro. - ¿Pero que hacéis...? -
- Mihi quiero rosas. -
- en ese caso ve a compararlas. - el pelirrojo negó rápidamente.
- yo quiero que Mihi me regale mil rosas. -
- ¿para que vos queréis tantas? Y ¿Porqué tengo que regalarle a vos rosas.? - Shanks ahora mismo hizo un puchero, parecía que Mihawk jamás entendió sus indirectas.
- Mihi es tonto. - habló el menor. - quiero mil rosas de Mihi, mil rosas de Mihi. - esta oración fue repetida cerca de 20 veces, sin restarle que seguia en las piernas del mayor. Después de esta rara confesión o mas bien entre petición y orden, Shanks seguía a todos lados a Mihawk diciéndole que le regalara mil rosas, no importaba si lo encontraba en el parque o lo esperaba después del trabajo, siempre, siempre hacía lo mismo. Visualizar a Mihawk, correr hacía él, lanzarse sobre él, esperar a que lo atratapara, una vez que lo atrapaba aferrarse a él y decir: "Quiero mil rosas de Mihi" eso ya era una rutina algo cansada.
Ese día Mihawk caminaba tranquilamente por el parque, parecía que sólo ese día Shanks no tenía la más mínima intención de acosarlo con su idea de las mil rosas, y agradecía eso ya que necesitaba algo de paz para acalarar todas sus ideas.

Por eso esperaba con la carita empapada que llegarás con rosas
con Mil rosas para mi
Porque ya sabes que me encantan esas cosas que no importa si es muy tonto soy así
Y aunque parezca mentira, que se escapé mi vida, imaginando que vuelves
A pasarte por aquí
Donde los viernes cada tarde como siempre la esperanza dice: "Quieto y quizás si"

Parecía algo raro que no escuchará esa canción, justamente en la cancha unas jóvenes escuchaban alegremente esa canción, sólo en esos momentos Shanks llego a su mente.

Y es que me, pongo a pensar, que el amor verdadero es tan solo el primero y tengo la sospecha que los demás son solo para olvidar
Por eso esperaba con la carita empapada que llegarás con rosas
con Mil rosas para mi
Porque ya sabes que me encantan esas cosas, que no importa si es muy tonto soy así
Y aunque parezca mentira que se escapé mi vida imaginando que vuelves, a pasarte por aqui, donde los viernes cada tarde como siempre la esperanza dice: "Quieto y quizás si."

Y como si de arte de magia fuera, todo se  aclaro en su mente. No espero más, no. Mihawk corrió rápidamente a la floreria y pidió un ramo se rosas rojas y sólo con ellas comenzó su carrera hacía la casa de Shanks.
Esos breves instantes en el parque le hiceron recordar mil cosas, Shansk y él se encontraron en el parque justo cuando comenzó a llover, ambos se refugiaron de la lluvia y desde niños, desde ese momento todo comenzó. Su amistad se centró gracias a la lluvia y una especie de rivalidad que terminó cómo una gran amistad, pero sobre todo a aquella canción.

Por fin la carrera terminó, había llegado a la casa de Shanks, su mente y cuerpo estaban frescos y secos por alguna extraña razón y ahora todos sus sentimientos ya estaban mas claros. Estaba listo, estaba preparado, escondió las flores de tras de él, su semblante serio no cambió en nada, cuando estaba a punto de tocar la puerta, esta se abrio dejando ver a Shanks con un ramo de rosas azules. Makino llego a la mente del mayor.
- M...mihi...Yo iba a verte jeje - río con algo de nerviosismo, Shanks se golpeó la mejilla y miro serio a Mihawk. - Dracule Mihawk.  - dijo su nombre de forma sería.  - yo te... -
- Akagami Shanks os amo. -
- ¿eh? -
- eh dicho que os amo y quiero que vos seáis  mi pareja. - cómo si de lo mas obvio del mundo fuese hablo. Mihawk saco las rosas y se las mostro a Shanks quien se sonrojo al mismo color de su cabello, tomo las flores y le dio las azules al mayor y sonriendo pero aún con las mejillas en tono carmesí.
- también te amo, iba a verte justo a hora. - sonrió.
- ¿las rosas azules son para mi? -
- si, pense que te gustarian. - sonrió. - Mihi...quiero un beso. -
- no tienes que pedirlo. - sin decir más se acercó para besar al pelirrojo, era un beso inocente, dulce uno tierno y lleno de amor, y cuando por fin finalizó el mayor le susurró a Shanks. - te recuerdo que yo no soy el pasivo. - dicho esto mordió el lóbulo de la oreja de Shanks, quien solto un leve gemido y al darse cuenta se tiñó en rojo nuevamente su rostro.
- ¡¡Mihi!! - reprochó pero no podía negar que eso le había fascinado. - mejor hagámoslo adentró. -
- adelante. - y dicho esto ambos entraron a la casa de Shanks.
Posiblemente nunca se sabría si la canción que escucho Mihawk en el parque le dio ánimos para declarse, o tal vez ya lo tenía todo planeado el ojos de Halcón, pero solo se sabía una cosa de aquella parejita, todo les sentaba mejor con Rosas. Y en todo era todo.

Fin

Eh de admitir que amo esa canción y la idea llegó gracias a que esta lloviendo xd
Pero bueno, espero y les haya gustado, este es uno de mis ships favoritos también (todo tendrá de mis OTP---) sin más que me despido les mando: ¡Mil besos y abrazos! Escritora fuera paz. (¿Conty?) ♥️🐼

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