2

88 5 0
                                    

—No empieces con tus boberías.

Ambos nos reímos  y empezamos a bailar al ritmo de El listón de tu pelo de los Ángeles Azules.

—¡Ayuda!

—¿Qué pasa? ¿Estás bien?

—No, tengo un calambre en mi pie, me duele mucho y no lo puedo mover— Dije casi llorando.

—A ver, déjame sobarte, cariño.

—No, no me gusta que me toquen los pies, bien lo sabes.

—Me importa muy poco si te gusta o no.

—Si no me doliera tanto te seguiría diciendo que no, pero en serio ya no soporto el dolor.

Tomaste mi pie derecho y al sentir como rozaba tu mano con la piel de mi pie, se erizó mi cuerpo completamente, nos miramos a los ojos, y hubo algo. No dije nada y solo bajé mi pie. Te tomé de la mano para ir a la pista de nuevo y seguir bailando.

En verdad la pasé de lo mejor contigo, realmente esperaba que hubiese más noches así. Y dicho y hecho.
Una ex compañera me invitó a su fiesta y obviamente te llevé conmigo. Claro, como siempre fuimos a bailar, pero esta vez todo fue diferente, sentía cómo tus manos en mi cintura me acercaban aún más a tu cuerpo aunque ya no hubiese distancia entre nosotros. Sentía algo en mi pecho, no sabía si era una emoción, pero era algo muy intenso. Y seguimos bailando, ese sentimiento de emoción seguía ahí y solo recuerdo haberte abrazado aún más fuerte, yo también quería estar más cerca de ti.
Fuimos a sentarnos, mientras caminábamos hacia nuestra mesa me tomaste de la mano, como nunca antes lo habías hecho, y yo solo pensaba ¿qué es lo que está pasando?

Llegamos a la mesa, y empezaste a tomarme fotos, me sentía muy feliz. Honestamente siempre han sido de mis fotos favoritas, hasta la fecha. De repente tomaste mi mano de nuevo y mi corazón empezó a acelerarse. Luego acariciaste mi mejilla y poco a poco ambos nos acercábamos. Nuestros labios se tocaron por primera vez en los 11 años siendo mejores amigos. Por suerte recuperé la cordura y me alejé, eso no estaba bien. Y bueno, al parecer tú también entendiste que eso no debió pasar y acordamos olvidarlo por completo.

Llegando a casa me enviaste el link de una canción:

Victoria: —¿Y eso qué?
Eduardo: —Escúchala, te la dedico.
Victoria: —¿Por qué me la dedicas?
Eduardo: —Porque sí, porque te quiero y porque eres mi mejor amiga.

Te regalo de Carla Morrison es una canción con demasiado significado, nunca te agradecí por dedicármela.

Siempre conmigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora