Estrellas

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Era jueves, Kenma había tenido clase hasta las 2, había regresado al apartamento para comer con Bokuto y ambos se fueron a entrenar a las 4. Kuroo tenía clase de 1 a 6 y a las 7 empezaba la práctica. Estaba ya en tercero y la mayoría de las clases eran prácticas en el hospital universitario.

Al pelinegro le encantaban, eran dinamicas, poniendo en práctica todo lo que habian aprendido y casi podia sentirse ya un medico. Lo unico malo es que solian durar bastante y además eran mas difíciles, pero aún así , cada vez que regresaba de una practica le contaba a Kenma con todo detalle lo que habian hecho. 

Por el otro lado Akaashi tenía clase por la tarde, hasta las 8, Bokuto y el solo se veian a partir de esa hora, estaban deseando empezar el curso siguiente para que le dieran un horario de mañana.

Al salir de entrenar volvieron ambos a casa juntos como de costumbre, Kenma se cambió y se puso a hacer un trabajo con el ordenador.

Pasado un rato lo sacaron de su trance llamando a la puerta.

-Kenma, Bo y yo vamos a cenar en un rato.

-Hum gracias por avisar, pero voy a esperar por Kuroo.

-Okay.

Normalmente se reunían los cuatro para pasar un momento en familia y hablar de como les habia ido el dia, Bokuto y Kuroo solian hacer bromas y Akaashi y Kenma se miraban entre ellos.

Poco a poco fueron pasando las horas y cada vez estaba menos concentrado, se abrazó las rodillas y apoyó la cabeza en estas quedandose dormido casi al instante.

Eran ya las doce y el omega estaba preocupado por su amigo. Estaba leyendo en la cama mientras el albino estaba apoyado en él a punto de dormirse. Se veía muy calmado. Sonrió inconscientemente y fue hasta la cocina para preparar leche caliente.

Llamó con suavidad a la puerta y no hayó respuesta, abrió lentamente y se encontró al teñido dormido con el ordenador encendido.

Le puso una manta encima y entonces se despertó.

-Toma.- Le dio la taza.

-Gracias.- Dijo con una leve sonrisa.

El pelinegro volvió a su habitación y efectivamente Bokuto estaba durmiendo, parecía un niño pequeño que estuviera derrotado tras pasar toda la tarde jugando. Le besó la frente y apagó la luz dejando que morfeo se lo llevara.

Kuroo miró el reloj, eran casi las dos de la madrugada, la práctica se había alargado mucho por que habían llegado varios pacientes a urgencias y habían tenido que ayudar.

Entró en casa sin hacer ruido, estaba todo oscuro, pasó hasta la puerta de su habitación y vio que había luz dentro. Se extrañó al ver aquello pero tras abrir la puerta con cuidado se encontró con una imagen adorable. Kenma estaba sentado, abrazándose las piernas, durmiendo y la pantalla del ordenador encendido, lo habia estado esperando y el pobre no había aguantado.

Se acercó y apagó el ordenador, le besó la cabeza, giró la silla y lo cogió como a un niño pequeño para meterlo en la cama. Se cambió y se metió el también, abrazandolo.

Kenma se despertó levemente, no abrió los ojos pero se pegó un poco más a el antes de quedarse dormido de nuevo.

Por desgracia, pronto sonó el despertador, estaba aún dormido, de hecho lo ignoraba.

-Kenma.- Lo llamó Kuroo con la voz ronca, recién despertado.

-Kenma.

Hasta que porfin abrió los ojos y apagó el aparato.

Todo Capitán Necesita Su Armador [omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora