Capitulo VII

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*N/A(s): Seguro se preguntaran porque empieza así y donde esta Taehyung pero ya lo verán >;)*

Yoongi paseaba por todo el hotel. Esta a nombre de un tal Benjamín Ottonen quien en realidad es Park Jimin. Según Park, registro ese nombre como suyo solo por seguridad de que cualquier pandilla pudiera fácilmente encontrarlo, pero este ha sido uno de sus escapes más secretos: Su propio hotel a.k.a como su casa.

Y es maravilloso.

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Yoongi va a la cocina y se coloca un mantel blanco pero se le hace muy difícil hacer un nudo en la parte de atrás. Hace una mueca e intenta pero no le sale.

—Te ayudo.— Jimin susurra en su oído y ágilmente hace un nudo muy ajustado a su espalda y agarra su cintura muy fuerte, haciendo que Yoongi pegue un brinco.

—¿Cocinando para todos?— Jimin pregunta.

—Jimin... S-- si.

Yoongi mira al plato bajo el que tiene tomates y como un experto, comienza a picar rápido en pedazos. Es tan rápido que Jimin tan solo sonrie y lo observa.

Cuando el tomate esta en trozos, lo echa en un bow al frente y prosigue con las papas, cuales pela con mucha facilidad y sin ningún error y hace lo mismo con estas.

Agarra una hoya y le echa agua y luego, un par de fideos congelados y pone a calentar. Agarra siete vasos y los hace girar en el aire haciendo una maniobra salida de un circo y cuando están en el aire, se agacha y estos caen en su nuca y se deslizan bajo su hombro hasta la mesa en una linea muy organizada.

—¿Maniobra del circo?— Jimin pregunto, brazos cruzados.

—Pase por mucho hasta llegar ser oficial.

—Ah.

Yoongi agarra el galón de jugo y lo agita muy fuerte, causando un ruido de pesadilla.

Pero entonces, lo abre y deja que el líquido caiga en los vasos siguiendo la fila de estos y se detiene al final.

Los fideos ya están que arden así que Yoongi apaga el fuego y comienza a servir en dos platos pequeños.

—Vaya, eres... Impresionante.— Jimin dice, sentado frente a Yoongi en una mesa. —Normalmente cocino yo pero...

—Si... No me ayudaste en nada.

—¿Debia?

Yoongi se ríe. —No creo que no.

Park Jimin comienza a comer con los palillos de su origen. Park adentra un bonche de fideos en su boca pero mira a Yoongi, quién esta con sus palmas unidas y sus ojos cerrados.

—¿A quién le rezas?— Jimin pregunta, y Yoongi abre los ojos mientras que baja sus manos para comer.

—Creo que hay un Dios. Es decir, no creo mucho en los dioses y eso pero le rezo a cualquiera porque debe existir al menos uno. ¿No crees?

—Mmm. Lo hago pero no me dedico a ellos, deben odiarme.

—No creo que te odian. Solo que, no aceptan tu pecado. Es todo.

—Mmm. Interesante.

Jimin relamio sus labios al ver que Yoongi comía de forma delicada como un príncipe.

Jimin agarró un fideo de su plato y lo adentro a su boca mientras que Min comía pero le sonrió a Jimin con sus labios y agarro un fideo. A medida que iban comiendo, parecían tener que inclinarse para encontrar el fin del fideo.

Pero, extrañamente, era largo.

Siguieron inclinándose hasta que se dieron cuenta... Que el fin del fideo estaba en los labios del uno al otro.

Se miraron como si pidieran permiso y Jimin se incluyo por completo y lo beso. Y el fideo termino en la boca de Jimin.

Ambos se separaron y se miraron a los ojos. Yoongi sonrió un poco.

—Tengo que enseñarte algo.

—Okey.

Ambos se levantaron y Jimin llevaba de la mano a Yoongi por el pasillo hasta que llegaron a una habitación y Jimin abrió la puerta desesperadamente y entró. Yoongi lo siguió y una vez dentro, el ambiente cambió.

Había una gran cama roja en el medio de la habitación. Latigos colgaban de las paredes al igual correas y máscaras, un traje negro sexual, juguetes sexuales, vibradores, esposas, collares de mascota.

Yoongi se encogió en su lugar.

—Esto es lo que me gusta hacer.— Jimin dijo, con mucho orgullo y expandiendo sus brazos en el aire en manera de presentación. —Es lo que me vuelve loco.

—¿Y esto...— Yoongi toca una correa y desliza sus dedos en ella. —como se siente?

Jimin camina hasta él y mira la correa. —¿Duele mucho?— Yoongi pregunta.

—¿Quieres ser mi muso?— Jimin pregunto.

—Y--Yo...

—Tan solo piensalo, ¿si?

Jimin dijo, y se retiró. Yoongi bajo la cabeza.

—Ah, y ponte algo elegante.— Jimin volvió a aparecer por la puerta. —Hoy vamos a una gala y Kenai y sus hombres estarán ahí.

—¡Espera!

Jimin se asomo de nuevo al ser llamado. —¿Puedo ser yo él que te haga estas cosas?— Yoongi pregunto, con cierta oscuridad en sus ojos.

—Puedes hacerme eso y mucho más.

Jimin sonrió y se fue. Yoongi sonrió tambien y miro la correa con su lengua al borde de su boca.

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Era una gala y era la mismísima alfombra roja con muchas estrellas siendo fotografeadas antes de entrar al gran lugar.

—Namjoon, procura tener todo en el ordenador.— Jimin decia por el bluetooth en el oído de Namjoon quién vestía un traje elegante con gafas negras y una maleta. Al igual Jin, quien iba a su lado.

—Entendido, jefe.— Namjoon se aproxima con Jin a la entrada trasera.

—No pueden entar.— Dice un fortachón.

—Ni siquiera pedimos permiso.— Jin saca su arma y apunta al cuello del oficial y dispara. Namjoon y el se adentran al lugar sin rodeos, dejando al hombre en el suelo.

Un Lamborghini se detiene en la entrada y de ahí, bajan Jimin con un nuevo color de cabello oscuro con franjas marrón claro en el frente con una gafas negras.

El siguiente en bajar es Yoongi quien tiene el cabello rubio y camina con una lollipop y el último es Jungkook quién se arregla la chaqueta y voltea.

Tae esta dentro del auto, con las manos atadas con cinta adhesiva y su boca también tiene cinta adhesiva.

—De veras que te lo explicare todo después, perdoname.

Jungkook cierra la puerta y el Lamborghini se va.

Escape to Love» yoonmin| taekook [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora