No sin Nil

cap 7. Huyendo de todo

Realmente soy un chico de 25 años y me siento como si tuviese 16. Solo soy un niño caprichoso que sale de fiesta y tiene relaciones sexuales sin parar. ¿Por qué, ¿qué más quiero? ¿Puede haber algo más?

Así pensaba yo, soy Lucas, y vamos a vivir la vida disfrutando de cada minuto como si fuese el último. Quien me iba a decir a mí que tiempo después de empezar a "sentar la cabeza" fuese a sentirme confundido de nuevo. Mel, mi novia, mi confidente, por quien daría todo y más, se había quedado embarazada. ¿Dios la había dejado embarazada? ¿Qué íbamos a hacer?? ¿Qué podíamos hacer en esa situación? ¿Parece que ella tuvo las cosas muy claras desde el principio, pero yo..? ¿Qué quería yo?? Sentía que no era lo que yo quería. Pero decidimos seguir adelante con el embarazo.

A medida que los meses avanzaban, mis temores crecían, teníamos a todo el mundo en contra nuestra y a penas teníamos cómo mantenernos. El trabajo de Mel a tiempo completo había pasado a ser a media jornada, y yo a penas conseguía salas en las que ir a tocar con el grupo. Me sentía egoísta por no aceptar hacer nada más para sacar a mi hijo adelante, pero, simplemente, no quería hacer nada que no me apeteciese cada instante, y hacer otra cosa hubiese sido una putada para mí que acabó siéndolo para Mel.

Hasta que una noche, tras cenar, me caí tieso en la cama. El día había sido muy duro en el trabajo, porque ya los últimos meses había accedido a buscar algo de curro para ganar algo de pasta con la llegada del bebé, aunque no me hiciese gracia trabajar. Recuerdo los gritos de Mel, esa cara de terror que la hacía tan vulnerable, tan indefensa, débil...

Cuando se la llevaron a quirófano, no pude más y fui un completo cobarde, puesto que allí la dejé, sola ante el peligro, mientras yo me iba siendo lo más miserable que podía haber sido jamás