1:El ultimo beso

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Los rayos de sol entrando por su ventana le aturdían los ojos y anunciaban un nuevo día, halo de las cobijas y se cubrió el rostro, intento volver a dormir pero sintió humedad en su brazo y la típica sensación de pesadez en sus parpados después de haber llorado la incomodaron al grado de no dejarla volver a descansar.

Desganada lanzo las cobijas y con un enojo inmenso comenzó una vez más a llorar, se cubrió el rostro con sus manos y seco esas acidas lagrimas que ultima mente pasaron a formar parte de su rostro; miro a su alrededor y se dio cuenta que la humedad en su brazo era por cortes que le ocasionaron los vidrios rotos del retrato de su amado, sin señal alguna de dolor se levantó y en lugar de curar sus heridas busco otro portarretratos y coloco la foto de Lionel, para al instante aferrarse al retrato y comenzar su día con la típica frase que adopto hace ya tres meses, "Eres lo mejor que me paso, gracias por tanto, te amo"

La rutina diaria siguió con su curso normal, en días retomaría su tercer ciclo en la universidad y su padre la había asesorado con los mejores profesores de Nueva York, ¿Qué se podía esperar? Si era la hija del gran científico Manuel Sevilla, su vida era prácticamente perfecta, claro hasta que no lo fue...

El reloj marcaba las 2 de la tarde anunciando a la castaña que ya era tiempo de ir al panteón, se colocó su típica ropa negra y comenzó a caminar, 13 de enero exactamente ya tres meses de su partida, tenían razón sobre la mala suerte del número 13 ¿no?, tomo el ramo de flores y lo coloco en la canasta de la bicicleta, para después manejar al cementerio central...

Después del aquel trágico accidente adopto una fobia a los autos, de hecho permaneció 2 semanas en shock, su padre insistió en que haga terapia y ella siempre se negó.

Tal vez se preguntaran que sucedió con esta jovencita de apenas 18 años, pues acá tienen la explicación del incidente que desato todo.

--- 13 de noviembre del 2007 (20:30 hs) ---

Los dos iban en una camioneta negra a toda velocidad, Manuel podría darse cuenta de la ausencia de su hija en cualquier momento, Karol estaba en los asientos traseros muy nerviosa pero infinitamente feliz por fin podría estar con el hombre que tanto amaba, ambos se dedicaron una cómplice sonrisa y el continuo manejando.

Uno al otro se amaban,5 años de relación eran más que suficientes para saber que querían estar juntos por siempre. Después de ya media hora manejando pudieron sentir paz, pero la maldad no aguarda y nuestra vida se puede derrumbar en un segundo...

Comenzó a oscurecer más y a los lejos de la carretera lograron observar que un enorme camión se dirigía a ellos, Lionel intento frenar, pero no fue posible, una, dos, tres, cuatro y 10 veces pero el freno no respondió y el camión estaba cada vez más cerca...

- Karol escóndete entre los asientos- lo único que quiso hacer era protegerla

- ¿Qué sucede? ¿no entiendo?- solo podía observar el rostro de pánico en su novio

- Por favor cúbrete con los asientos y ya no preguntes más-sin otra cosa que agregar la castaña asintió y hizo lo que se le había ordenado, para después levantar su mirada y ver la luz del inmenso camión mientras los impactaba.

Ambos quedaron inconscientes, claramente uno más afectado que el otro...

Minutos más tarde el sonido de la ambulancia la despertó, afortunadamente ella había salido sin daño alguno del accidente, pero cuando abrió los ojos y se vio en medio de la pista sobre una camilla y con gente corriendo de un lado para el otro, entro en pánico, se incorporó y a punto de llorar se colocó las manos en la cabeza buscando entre tanto alboroto a su amado.

-¡LIONEL!¡LIONEL! ¿Dónde estás?- la desesperación le ganó la batalla, comenzó a temblar y frotar sus manos al ver como los paramédicos se amontonaban cada vez más alrededor del abollado auto en donde escaparían- Es mi culpa mi amor- fue lo único que logro salir de sus delicados labios antes de que su cuerpo reaccione de esa manera que tantos odiamos, el llanto.

Luego de varios minutos se pudo ver como salían dos paramédicos empujando una camilla en donde se encontraba totalmente inconsciente Lionel. Sangre de dudosa procedencia corría por todo su cuerpo, su novia se quedó congelada lo único que se movía en ella era su desesperado corazón, el frio sudor que rodaba por su frente y esas malditas lagrimas las cuales caían una tras otra y parecían ser infinitas...

- Por favor puedo subir con el- después de varios minutos sin reacción alguna corrió hacia el ambulancia y rogo a los paramédicos los cuales sorprendidos por el desesperado llanto de la muchacha no supieron que hacer- ¡por favor! Se los suplico

- Está bien suba señorita- uno al fin se dignó a hablar y por obra del destino acepto sus ruegos, al subir a auto el infierno comenzó, probablemente su padre ya estaba enterado de todo lo sucedido, pero lo único que le importaba ahora a la señorita Sevilla era que su novio se recuperara, solo tenía pensamientos positivos cuando un paramédico ordeno que pararan y dio un anuncio que la hiso estremecerse- Ya no hay más que hacer chicos

- ¡que! No pueden hacer eso es su trabajo salvarlo- aunque tuviera que mover el cielo por el ella lo haría, no podía dejarlo morir Lio tenía mucho por delante como para que un paramédico decidiera ponerle fin a su existencia

- Señorita el joven tiene lesiones demasiado graves que ya no se pueden curar, probablemente está en sus últimos minutos de vida- luego de decir esto todos los paramédicos se alejaron y dejaron al rubio ensangrentado

- ¡LIONEL RESISTE AMOR MIO!- a pesar de las circunstancias ella lo amaría de igual forma, aun si trajera la ropa más sucia ella lo abrazaría

- Ka...k...ka...rol...- parecía un sueño hecho realidad Lionel estaba reaccionando después de todo

- Lionel...- acaricio el rostro del nombrado y sonrió

- Mi amor me tengo que ir- muchos creerían que él estaba inconsciente de lo que decía pero su mirada indicaba que estaba más cuerdo que nunca

- No digas esas cosas por favor que me parte el alma- derrumbarse no era una opción para ella

- Necesito que me prometas algo- su voz estaba ronca y parecía morir en vida

- Lo que sea lo hare- lo tomo de la mano y acaricio su rostro con esta

- Prométeme que serás feliz, un ángel muy bueno te espera, te enamoraras, te casaras, tendrás hijos, yo no soy tu verdadero amor pero siempre te querré, así quiero que me prometas que lucharas por amar

- No me pidas eso por favor... porque jamás te prometería tal cosa

- Si en algún momento me quisiste te pido que lo hagas por favor

- Aunque sé que no podre querer a nadie como a ti te lo prometo- se agacho y su unió en un beso a los labios de su amado, cada segundo contaba y aunque tenía esperanzas de que el viviría para contarlo algo dentro de ella le avisaba que este era el último beso...

CONTINUARA

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